
Lecturas y Reflexión Dominicales
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Lecturas y Reflexión Dominicales por un hebreo católico
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3 erDomingo de Cuaresma Ciclo C
CCompartiendo la Fe como puedoLectura y Reflexión del 3er Domingo de Cuaresma Año C Exodo 3:1-15 (completo) 1Moisés apacentaba el rebaño de su suegro Jetró, sacerdote de Madián; solía conducirlo al interior del desierto, llegando hasta el Horeb, el monte de Dios. 2El ángel del Señor se le manifestó en forma de llama de fuego en medio de una zarza. Moisés miró: la zarza ardía pero no se consumía. 3Y se dijo Moisés: «Voy a acercarme y comprobar esta visión prodigiosa: por qué no se consume la zarza». 4Vio el Señor que Moisés se acercaba a mirar y lo llamó de entre la zarza: —¡Moisés, Moisés! Y respondió él: —Heme aquí. 5Y dijo Dios: —No te acerques aquí; quítate las sandalias de los pies, porque el lugar que pisas es tierra sagrada. 6Y añadió: —Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Moisés se cubrió el rostro por temor a contemplar a Dios. 7Luego dijo el Señor: —He observado la opresión de mi pueblo en Egipto, he escuchado su clamor por la dureza de sus opresores, y he comprendido sus sufrimientos. 8He bajado para librarlos del poder de Egipto y para hacerlos subir de ese país a una tierra buena y espaciosa, a una tierra que mana leche y miel, al país de los cananeos, los hititas, los amorreos, los perezeos, jeveos y jebuseos. 9Así es, el clamor de los hijos de Israel ha llegado hasta mí y he visto además la opresión a que los egipcios los someten. 10Ahora, pues, ve: yo te envío al Faraón para que saques a mi pueblo, a los hijos de Israel, de Egipto. 11Moisés respondió a Dios: —¿Quién soy yo para ir al Faraón y para sacar a los hijos de Israel de Egipto? 12Y le dijo Dios: —Yo estaré contigo, y ésta será la señal de que yo te envío: cuando saques al pueblo de Egipto, daréis culto a Dios en este mismo monte. 13Moisés replicó: —Cuando me acerque a los hijos de Israel y les diga: «El Dios de vuestros padres me envía a vosotros», y me pregunten cuál es su nombre, ¿qué he de decirles? 14Y le dijo Dios a Moisés: —Yo soy el que soy. Y añadió: —Así dirás a los hijos de Israel: «Yo soy» me ha enviado a vosotros. 15Y le dijo más: —Así dirás a los hijos de Israel: «El Señor, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob, me envía a vosotros». Éste es mi nombre para siempre; así seré invocado de generación en generación. Salmo. 102 (103) R. (8a) El Señor es compasivo y misericordioso. Bendice, al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga su santo nombre. Bendice, al Señor, alma mía, y no te olvides de sus beneficios. R. R. El Señor es compasivo y misericordioso. El Señor perdona tus pecados y cura tus enfermedades; él rescata tu vida del sepulcro y te colma de amor y de ternura. R. R. El Señor es compasivo y misericordioso. El Señor hace justicia y le da la razón al oprimido. A Moisés le mostró su bondad y sus prodigios al pueblo de Israel. R. R. El Señor es compasivo y misericordioso. El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdonar. Como desde la tierra hasta el cielo, así es de grande su misericordia. R. R. El Señor es compasivo y misericordioso. 1 Corintios 10:1-12. (Completo) 1No quiero que ignoréis, hermanos, que nuestros padres estuvieron todos bajo la nube, y todos cruzaron el mar, 2y para unirse a Moisés todos fueryon bautizados en la nube y en el mar, 3y todos comieron el mismo alimento espiritual, 4y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo. 5Pero la mayoría de ellos no agradó a Dios, puesto que cayeron muertos en el desierto. 6Estas cosas sucedieron como en figura para nosotros, para que no codiciemos lo malo como lo codiciaron ellos. 7Y no os hagáis idólatras como algunos de ellos, según está escrito: Se sentó el pueblo a comer y beber, y se levantaron para divertirse; 8ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y murieron en un solo día veintitrés mil; 9ni tentemos al Señor, como lo tentaron algunos de ellos, y perecieron víctimas víctimas de las serpientes; 10ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron a manos del exterminador. 11Todas estas cosas les sucedían como en figura; y fueron escritas para escarmiento nuestro, para quienes ha llegado la plenitud de los tiempos. 12Por tanto, el que piense estar en pie, que tenga cuidado de no caer. San Lucas 13:1-9 1Estaban presentes en aquel momento unos que le contaban lo de los galileos, cuya sangre mezcló Pilato con la de sus sacrificios. 2Y en respuesta les dijo: —¿Pensáis que estos galileos eran más pecadores que todos los galileos, porque padecieron tales cosas? 3No, os lo aseguro; pero si no os convertís, todos pereceréis igualmente. 4O aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre de Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que todos los hombres que vivían en Jerusalén? 5No, os lo aseguro; pero si no os convertís, todos pereceréis igualmente. 6Les decía esta parábola: —Un hombre tenía una higuera plantada en su viña y fue a buscar en ella fruto y no lo encontró. 7Entonces le dijo al viñador: «Mira, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera sin encontrarlo; córtala, ¿para qué va a ocupar terreno en balde?» 8Pero él le respondió: «Señor, déjala también este año hasta que cave a su alrededor y eche estiércol, 9por si produce fruto; si no, ya la cortarás».10 views 1 comment -
V Domingo del Tiempo ordinario Lectura y Reflexión
CCompartiendo la Fe como puedoV Domingo de Tiempo Ordinario Ciclo C Isaias 6:1-8 (Completo) 1El año de la muerte del rey Uzías vi al Señor sentado en un trono excelso y elevado. El vuelo de su manto llenaba el Templo. 2Unos serafines se mantenían por encima de Él. Cada uno tenía seis alas: con dos se cubrían el rostro, con dos se cubrían los pies, y con dos volaban. 3Clamaban entre sí diciendo: —¡Santo, Santo, Santo es el Señor de los ejércitos! ¡Llena está toda la tierra de su gloria! 4Retemblaron los soportes de los dinteles por el estruendo del clamor, mientras el Templo se llenaba de humo. 5Entonces me dije: —¡Ay de mí, estoy perdido, pues soy un hombre de labios impuros, que habito en medio de un pueblo de labios impuros, y mis ojos han visto al Rey, al Señor de los ejércitos! 6Entonces voló hacia mí uno de los serafines portando una brasa que había tomado del altar con unas tenazas, 7tocó mi boca y dijo: —Mira: esto ha tocado tus labios, tu culpa ha sido quitada, y tu pecado, perdonado. 8 Entonces oí la voz del Señor, que decía: —¿A quién enviaré? ¿Quién irá de nuestra parte? Y respondí: —Aquí estoy. Envíame a mí. Salmo 137 (138) R. (1c) Cuando te invocamos, Señor, nos escuchaste. De todo corazón te damos gracias, Señor, porque escuchaste nuestros ruegos. Te cantaremos delante de tus ángeles, te adoraremos en tu templo. R. Cuando te invocamos, Señor, nos escuchaste. Señor, te damos gracias por tu lealtad y tu amor: siempre que te invocamos nos oíste y nos llenaste de valor. R. Cuando te invocamos, Señor, nos escuchaste. Que todos los reyes de la tierra te reconozcan, al escuchar tus prodigios. Que alaben tus caminos, porque tu gloria es inmensa. R. Cuando te invocamos, Señor, nos escuchaste. Tu mano, Señor, nos podrá a salvo, y así concluirás en nosotros tu obra. Señor, tu amor perdura eternamente; obra tuya soy, no me abandones. R. Cuando te invocamos, Señor, nos escuchaste. 1 Corintios 15:1-11 1Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os prediqué, que recibisteis, en el que os mantenéis firmes, 2y por el cual sois salvados, si lo guardáis tal como os lo anuncié. ¡Y si no, habéis creído en vano! 3Porque os transmití en primer lugar lo mismo que yo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; 4que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; 5y que se apareció a Cefas, y después a los doce. 6Después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, la mayoría de los cuales vive todavía y algunos ya han muerto. 7Luego se apareció a Santiago, y después a todos los apóstoles. 8Y en último lugar, como a un abortivo, se me apareció también a mí. 9Porque soy el menor de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, ya que perseguí a la Iglesia de Dios. 10Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y la gracia que se me dio no resultó inútil; al contrario, he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios que está conmigo. 11Por consiguiente, tanto ellos como yo esto es lo que predicamos y esto lo que habéis creído. San Lucas 5:1-11 1Estaba Jesús junto al lago de Genesaret y la multitud se agolpaba a su alrededor para oír la palabra de Dios. 2Y vio dos barcas que estaban a la orilla del lago; los pescadores habían bajado de ellas y estaban lavando las redes. 3Entonces, subiendo a una de las barcas, que era de Simón, le rogó que la apartase un poco de tierra. Y, sentado, enseñaba a la multitud desde la barca. 4Cuando terminó de hablar, le dijo a Simón: —Guía mar adentro, y echad vuestras redes para la pesca. 5Simón le contestó: —Maestro, hemos estado bregando durante toda la noche y no hemos pescado nada; pero sobre tu palabra echaré las redes. 6Lo hicieron y recogieron gran cantidad de peces. Tantos, que las redes se rompían. 7Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que vinieran y les ayudasen. Vinieron, y llenaron las dos barcas, de modo que casi se hundían. 8Cuando lo vio Simón Pedro, se arrojó a los pies de Jesús, diciendo: —Apártate de mí, Señor, que soy un hombre pecador. 9Pues el asombro se había apoderado de él y de cuantos estaban con él, por la gran cantidad de peces que habían pescado. 10Lo mismo sucedía a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Entonces Jesús le dijo a Simón: —No temas; desde ahora serán hombres los que pescarás. 11Y ellos, sacando las barcas a tierra, dejadas todas las cosas, le siguieron.46 views 1 comment -
EL Bautismo de Nuestro Señor
CCompartiendo la Fe como puedoEl Bautismo del Señor Isaias 42:1-7 1Mira a mi siervo, a quien sostengo, mi elegido, en quien se complace mi alma. He puesto mi Espíritu sobre él: llevará el derecho a las naciones. 2 No gritará, ni chillará, no hará oír su voz en la calle. 3 No quebrará la caña cascada, ni apagará el pabilo vacilante. Dictará sentencia según la verdad. 4 No desfallecerá ni se doblará hasta que establezca el derecho en la tierra. Las islas esperarán su ley. 5 Así dice el Señor Dios, el que creó los cielos y los desplegó, el que asentó la tierra y cuanto surge en ella, el que da el aliento al pueblo que la habita y el hálito a quienes andan por ella: «Yo, el Señor, te he llamado en justicia, te he tomado de la mano, te he guardado y te he destinado para alianza del pueblo, para luz de las naciones, 7 para abrir los ojos de los ciegos, para sacar de la prisión a los cautivos y del calabozo a los que yacen en tinieblas. Salmo. 28 (29) R. (11b) Te alabamos, Señor. Hijos de Dios, glorifiquen al Señor, denle la gloria que merece. Postrados en su templo santo, alabemos al Señor. R. R. Te alabamos, Señor. La voz del Señor se deja oír sobre las aguas torrenciales. La voz del Señor es poderosa, la voz del Señor es imponente. R. R. Te alabamos, Señor. El Dios de majestad hizo sonar el trueno de su voz. El Señor se manifestó sobre las aguas desde su trono eterno. R. R. Te alabamos, Señor Hechos 10:34-38 34Pedro comenzó a hablar: —En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas, 35sino que en cualquier pueblo le es agradable todo el que le teme y obra la justicia. 36Ha enviado su palabra a los hijos de Israel, anunciando el Evangelio de la paz por medio de Jesucristo, que es Señor de todos. 37»Vosotros sabéis lo ocurrido por toda Judea, comenzando por Galilea, después del bautismo que predicó Juan: 38cómo a Jesús de Nazaret le ungió Dios con el Espíritu Santo y poder, y cómo pasó haciendo el bien y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. San Lucas 3:15-22 (completo) 15Como el pueblo estaba expectante y todos se preguntaban en su interior si acaso Juan no sería el Cristo, 16Juan salió al paso diciéndoles a todos: —Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más poderoso que yo, a quien no soy digno de desatarle la correa de las sandalias: él os bautizará en el Espíritu Santo y en fuego. 17Él tiene el bieldo en su mano, para limpiar su era y recoger el trigo en su granero, y quemará la paja con un fuego que no se apaga. 18Con estas y otras muchas exhortaciones anunciaba al pueblo la buena nueva. 19Pero el tetrarca Herodes, al ser reprendido por él a causa de Herodías, la mujer de su hermano, y por todas las maldades que había cometido Herodes, 20añadió esta otra a las demás: metió a Juan en la cárcel. 21Se estaba bautizando todo el pueblo. Y cuando Jesús fue bautizado, mientras estaba en oración, se abrió el cielo 22y bajó el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como una paloma. Y se oyó una voz que venía del cielo: —Tú eres mi Hijo, el Amado, en ti me he complacido.14 views -
La Epifanía del Señor
CCompartiendo la Fe como puedoLa Epifanía del Señor Isaias 60:1-6 1¡Levántate, resplandece, que llega tu luz, y la gloria del Señor amanece sobre ti! 2 Mira que las tinieblas cubren la tierra, y la oscuridad, los pueblos, pero sobre ti amanece el Señor, sobre ti aparece su gloria. 3 Las naciones caminarán a tu luz, los reyes, al resplandor de tu aurora. 4 Alza tus ojos y mira alrededor: todos ellos se congregan, vienen a ti. Tus hijos vienen de lejos, tus hijas abrazadas a su costado. 5 Entonces, mirarás y te pondrás radiante, palpitará y se ensanchará tu corazón, pues la abundancia del mar se volcará sobre ti, llegará a ti la riqueza de las naciones. 6 Te cubrirá una multitud de camellos, dromedarios de Madián y Efá, todos vendrán de Sabá cargados de oro e incienso, y pregonando alabanzas al Señor. Salmo 71 R. (cf. 11) Que te adoren, Señor, todos los pueblos. Comunica, Señor, al rey tu juicio y tu justicia, al que es hijo de reyes; así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá a tu pueblo justamente. R. R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos. Florecerá en sus días la justicia y reinará la paz, era tras era. De mar a mar se extenderá su reino y de un extremo al otro de la tierra. R. R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos. Los reyes de occidente y de las islas le ofrecerán sus dones. Ante él se postrarán todos los reyes y todas las naciones. R. R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos. Al débil librará del poderoso y ayudaráal que se encuentra sin amparo; se apiadará del desvalido y pobre y salvará la vida al desdichado. R. R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos. Efesios 3:2-6 (completo) 2Ya habréis oído que Dios me concedió el encargo de administrar su gracia en favor vuestro, 3pues mediante una revelación se me dio a conocer el misterio, como brevemente lo he descrito antes. 4Por su lectura podéis captar el conocimiento que tengo del misterio de Cristo, 5que no se dio a conocer a los hijos de los hombres en otras generaciones, como ahora ha sido revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu: 6a saber, que los gentiles son coherederos, miembros de un mismo cuerpo y copartícipes de las promesas en Cristo Jesús mediante el Evangelio, San Mateo 2:1-12 1Después de nacer Jesús en Belén de Judá en tiempos del rey Herodes, unos Magos llegaron de Oriente a Jerusalén 2preguntando: —¿Dónde está el Rey de los Judíos que ha nacido? Porque vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle. 3Al oír esto, el rey Herodes se inquietó, y con él toda Jerusalén. 4Y, reuniendo a todos los príncipes de los sacerdotes y a los escribas del pueblo, les interrogaba dónde había de nacer el Mesías. 5—En Belén de Judá —le dijeron—, pues así está escrito por medio del Profeta: 6Y tú, Belén, tierra de Judá, ciertamente no eres la menor entre las principales ciudades de Judá; pues de ti saldrá un jefe que apacentará a mi pueblo, Israel. 7Entonces, Herodes, llamando en secreto a los Magos, se informó cuidadosamente por ellos del tiempo en que había aparecido la estrella; 8y les envió a Belén, diciéndoles: —Id e informaos bien acerca del niño; y cuando lo encontréis, avisadme para que también yo vaya a adorarle. 9Ellos, después de oír al rey, se pusieron en marcha. Y entonces, la estrella que habían visto en el Oriente se colocó delante de ellos, hasta pararse sobre el sitio donde estaba el niño. 10Al ver la estrella se llenaron de inmensa alegría. 11Y entrando en la casa, vieron al niño con María, su madre, y postrándose le adoraron; luego, abrieron sus cofres y le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra. 12Y, después de recibir en sueños aviso de no volver a Herodes, regresaron a su país por otro camino.15 views -
4to Domingo de Adviento
CCompartiendo la Fe como puedoCuarto Domingo de Adviento Miqueas 5:1-4 (completo) 1Pero tú, Belén Efrata, aunque tan pequeña entre los clanes de Judá, de ti me saldrá el que ha de ser dominador en Israel; sus orígenes son muy antiguos, de días remotos. 2 Por eso él los entregará hasta el tiempo en que dé a luz la que ha de dar a luz. Entonces, el resto de sus hermanos volverá junto a los hijos de Israel. 3 Él estará firme, y apacentará con la fuerza del Señor, con la majestad del Nombre del Señor, su Dios; y ellos podrán reposar, porque entonces él será grande hasta los confines de la tierra. 4 Él mismo será la paz. Asiria, si viniere a nuestra tierra, y hollare nuestros palacios, nosotros le suscitaremos siete pastores y ocho príncipes de estirpe. Salmo 79 R. (4) Señor, muéstranos tu favor y sálvanos. Escúchanos, pastor de Israel; tú que estás rodeado de querubines, manifiéstate; despierta tu poder y ven a salvarnos. R. R. Señor, muéstranos tu favor y sálvanos. Señor, Dios de los ejércitos, vuelve tus ojos, mira tu viña y visítala; protege la cepa plantada por tu mano, el renuevo que tú mismo cultivaste. R. R. Señor, muéstranos tu favor y sálvanos. Que tu diestra defienda al que elegiste, al hombre que has fortalecido. Ya no nos alejaremos de ti; consérvanos la vida y alabaremos tu poder. R. R. Señor, muéstranos tu favor y sálvanos. Hebreos 10:5-10 5Por eso, al entrar en el mundo, dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste, pero me preparaste un cuerpo; 6los holocaustos y sacrificios por el pecado no te han agradado. 7Entonces dije: «Aquí vengo, como está escrito de mí al comienzo del libro, para hacer, oh Dios, tu voluntad». 8Después de haber dicho antes: No quisiste ni te agradaron sacrificios y ofrendas ni holocaustos y víctimas expiatorias por el pecado —cosas que se ofrecen según la Ley—, 9añade luego: Aquí vengo para hacer tu voluntad. Deroga lo primero para instaurar lo segundo. 10Y por esa voluntad somos santificados de una vez para siempre, mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo. Lucas 1:39-45 39Por aquellos días, María se levantó y marchó deprisa a la montaña, a una ciudad de Judá; 40y entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. 41Y cuando oyó Isabel el saludo de María, el niño saltó en su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo; 42y exclamando en voz alta, dijo: —Bendita tú entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre. 43¿De dónde a mí tanto bien, que venga la madre de mi Señor a visitarme? 44Pues en cuanto llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno; 45y bienaventurada la que ha creído, porque se cumplirán las cosas que se le han dicho de parte del Señor.37 views 3 comments