
Serie Catecismo para Adultos
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Un hebreo católico compartiendo la Fe
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Video 25 del Catecismo de la Iglesia Católica
CCompartiendo la Fe como puedoVideo 25 de Catequesis Para Adultos Referencias —CIC # 511 La Virgen María "colaboró por su fe y obediencia libres a la salvación de los hombres" (LG 56). Ella pronunció su "fiat" loco totius humanae naturae ("ocupando el lugar de toda la naturaleza humana") (Santo Tomás de Aquino, S.Th., 3, q. 30, a. 1 ): Por su obediencia, ella se convirtió en la nueva Eva, madre de los vivientes. —San Juan Pablo II Audiencia General Sábado 20 de julio de 1991 “Tanto el termino hebraico qahal como el griego ekklesia significan «reunión», «asamblea». Ekklesia tiene relación etimológica con el verbo kalein, que significa «llamar». En el lenguaje semítico, la palabra tenía prácticamente el significado de «asamblea» (convocada), y en el Antiguo Testamento se usaba para designar a la «comunidad» del pueblo elegido, especialmente en el desierto (cf. Dt 4, 10; Hch 7, 38)”. https://www.vatican.va/content/john-paul-ii/es/audiences/1991/documents/hf_jp-ii_aud_19910720.pdf Congregación de Israel —CIC # 751 La palabra "Iglesia" [ekklèsia, del griego ek-kalein - "llamar fuera"] significa "convocación". Designa asambleas del pueblo (cf. Hch 19, 39), en general de carácter religioso. Es el término frecuentemente utilizado en el texto griego del Antiguo Testamento para designar la asamblea del pueblo elegido en la presencia de Dios, sobre todo cuando se trata de la asamblea del Sinaí, en donde Israel recibió la Ley y fue constituido por Dios como su pueblo santo (cf. Ex 19). Congregación de Mesías —CIC # 751 (cont.) Dándose a sí misma el nombre de "Iglesia", la primera comunidad de los que creían en Cristo se reconoce heredera de aquella asamblea. En ella, Dios "convoca" a su Pueblo desde todos los confines de la tierra. El término Kyriaké, del que se deriva las palabras church en inglés, y Kirche en alemán, significa "la que pertenece al Señor". — Hechos 10:1-48 Un hombre de Cesarea llamado Cornelio, centurión de la cohorte denominada Itálica, piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, que daba muchas limosnas al pueblo y oraba a Dios sin cesar, vio claramente en una visión, hacia la hora nona del día, al ángel de Dios que llegaba hasta él y le decía: —¡Cornelio! Él le miró fijamente y, sobrecogido de temor, dijo: —¿Qué ocurre, señor? Y le respondió: —Tus oraciones y limosnas han subido como memorial ante la presencia del Señor. Envía ahora unos hombres a Jope y haz venir a un tal Simón, de sobrenombre Pedro, que se hospeda en casa de otro Simón, curtidor, que vive junto al mar. En cuanto se retiró el ángel que le hablaba, llamó a dos criados y a un soldado piadoso de los que estaban a sus órdenes, les refirió todo y los envió a Jope. Al día siguiente, mientras ellos iban de camino y se acercaban a la ciudad, subió Pedro a la azotea, hacia la hora sexta, para orar. Sintió hambre y quiso tomar algo. Mientras se lo preparaban le sobrevino un éxtasis, y vio el cielo abierto y cierto objeto como un gran mantel con cuatro puntas, que descendía y se posaba sobre la tierra. En él estaban todos los cuadrúpedos, reptiles de la tierra y aves del cielo. Y le llegó una voz: —¡Levántate, Pedro, mata y come! Pero Pedro replicó: —De ningún modo, Señor, porque jamás comí nada profano e impuro. Y la misma voz por segunda vez: —Lo que Dios ha purificado no lo llames tú profano. Esto ocurrió tres veces y enseguida el objeto fue elevado al cielo. Mientras Pedro cavilaba qué podría significar la visión que había tenido, los hombres enviados por Cornelio, tras localizar la casa de Simón, se presentaron en el porche. Después de llamar preguntaron si allí se hospedaba Simón, por sobrenombre Pedro. Mientras Pedro seguía pensando en la visión, le dijo el Espíritu: —Mira, te buscan tres hombres. Levántate, baja y vete con ellos sin ningún reparo, porque los he enviado yo. Bajó Pedro al encuentro de los hombres y les dijo: —Yo soy el que buscáis. ¿Cuál es el motivo de que hayáis venido? Ellos respondieron: —El centurión Cornelio, hombre justo y temeroso de Dios, acreditado por toda la población judía, recibió aviso de un santo ángel para hacerte venir a su casa y escuchar tus palabras. Entonces les invitó y les dio hospedaje. Al día siguiente se levantó y partió con ellos. Les acompañaban algunos hermanos de Jope. Entró en Cesarea al otro día. Cornelio, después de haber reunido a sus parientes y amigos más íntimos, les estaba esperando. En el momento en que entraba Pedro, salió Cornelio a su encuentro y, postrándose, le adoró. Pero Pedro le incorporó diciendo: —Levántate, que también yo soy un simple hombre. Y conversando con él pasó adentro y encontró a muchas personas reunidas. Y les dijo: —Vosotros sabéis que está prohibido para un judío juntarse o acercarse a un extranjero; pero Dios me ha enseñado a no llamar profano a ningún hombre. Por eso he venido sin vacilación en cuanto me habéis llamado. Ahora os pregunto por qué motivo me habéis mandado llamar. Cornelio dijo: —Hoy hace cuatro días estaba yo orando en mi casa a la hora nona y se presentó ante mí un varón de brillante vestidura, y me dijo: «¡Cornelio!, tu oración ha sido oída y tus limosnas han sido recordadas en la presencia de Dios. Manda emisarios a Jope y haz llamar a Simón, de sobrenombre Pedro, que se hospeda en casa de Simón el curtidor, junto al mar». Enseguida te envié emisarios, y tú has hecho bien en venir. Ahora todos nosotros estamos aquí en la presencia de Dios para escuchar lo que te ha ordenado el Señor. Pedro comenzó a hablar: —En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas, sino que en cualquier pueblo le es agradable todo el que le teme y obra la justicia. Ha enviado su palabra a los hijos de Israel, anunciando el Evangelio de la paz por medio de Jesucristo, que es Señor de todos. »Vosotros sabéis lo ocurrido por toda Judea, comenzando por Galilea, después del bautismo que predicó Juan: cómo a Jesús de Nazaret le ungió Dios con el Espíritu Santo y poder, y cómo pasó haciendo el bien y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. Y nosotros somos testigos de todo lo que hizo en la región de los judíos y en Jerusalén; de cómo le dieron muerte colgándolo de un madero. Pero Dios le resucitó al tercer día y le concedió manifestarse, no a todo el pueblo, sino a testigos elegidos de antemano por Dios, a nosotros, que comimos y bebimos con él después que resucitó de entre los muertos; y nos mandó predicar al pueblo y atestiguar que a él es a quien Dios ha constituido juez de vivos y muertos. Acerca de él testimonian todos los profetas que todo el que cree en él recibe por su nombre el perdón de los pecados. Todavía estaba diciendo Pedro estas cosas cuando descendió el Espíritu Santo sobre todos los que escuchaban la palabra; y los fieles que procedían de la circuncisión y que habían acompañado a Pedro quedaron atónitos, porque también sobre los gentiles se derramaba el don del Espíritu Santo; pues les oían hablar lenguas y glorificar a Dios. Entonces habló Pedro: —¿Podrá alguien negar el agua del bautismo a estos que han recibido el Espíritu Santo igual que nosotros? Y mandó bautizarlos en el nombre de Jesucristo. Entonces le rogaron que se quedase algunos días. —Génesis 3:20 El hombre llamó a su mujer Eva, porque ella habría de ser la madre de todos los vivientes. —CIC # 511 La Virgen María "colaboró por su fe y obediencia libres a la salvación de los hombres" (LG 56). Ella pronunció su "fiat" loco totius humanae naturae ("ocupando el lugar de toda la naturaleza humana") (Santo Tomás de Aquino, S.Th., 3, q. 30, a. 1 ): Por su obediencia, ella se convirtió en la nueva Eva, madre de los vivientes. —Humanis Generis punto 29. Por todas estas razones, el Magisterio de la Iglesia no prohíbe el que —según el estado actual de las ciencias y la teología— en las investigaciones y disputas, entre los hombres más competentes de entrambos campos, sea objeto de estudio la doctrina del evolucionismo, en cuanto busca el origen del cuerpo humano en una materia viva preexistente —pero la fe católica manda defender que las almas son creadas inmediatamente por Dios—. Mas todo ello ha de hacerse de manera que las razones de una y otra opinión —es decir la defensora y la contraria al evolucionismo— sean examinadas y juzgadas seria, moderada y templadamente; y con tal que todos se muestren dispuestos a someterse al juicio de la Iglesia, a quien Cristo confirió el encargo de interpretar auténticamente las Sagradas Escrituras y defender los dogmas de la fe. Pero algunos traspasan esta libertad de discusión, obrando como si el origen del cuerpo humano de una materia viva preexistente fuese ya absolutamente cierto y demostrado por los datos e indicios hasta el presente hallados y por los raciocinios en ellos fundados; y ello, como si nada hubiese en las fuentes de la revelación que exija la máxima moderación y cautela en esta materia. —Humanis Generis punto 30 Mas, cuando ya se trata de la otra hipótesis, es a saber, la del poligenismo, los hijos de la Iglesia no gozan de la misma libertad, porque los fieles cristianos no pueden abrazar la teoría de que después de Adán hubo en la tierra verdaderos hombres no procedentes del mismo protoparente por natural generación, o bien de que Adán significa el conjunto de muchos primeros padres, pues no se ve claro cómo tal sentencia pueda compaginarse con cuanto las fuentes de la verdad revelada y los documentos del Magisterio de la Iglesia enseñan sobre el pecado original, que procede de un pecado en verdad cometido por un solo Adán individual y moralmente, y que, transmitido a todos los hombres por la generación, es inherente a cada uno de ellos como suyo propio —Humanis Gerneris punto 29 pero la fe católica manda defender que las almas son creadas inmediatamente por Dios —CIC # 366 La Iglesia enseña que cada alma espiritual es directamente creada por Dios (cf. Pío XII, Enc. Humani generis, 1950: DS 3896; Pablo VI, Credo del Pueblo de Dios, 8) —no es "producida" por los padres—, y que es inmortal (cf. Concilio de Letrán V, año 1513: DS 1440): no perece cuando se separa del cuerpo en la muerte, y se unirá de nuevo al cuerpo en la resurrección final. —Génesis 2:7 7 Entonces, el Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra, insufló en sus narices aliento de vida, y el hombre se convirtió en un ser vivo.23 views 2 comments -
Video 24 de Catequesis Para Adultos
CCompartiendo la Fe como puedoVideo 24 de Catequesis Para Adultos Referencia —S Marcos 16:15-16 Y les dijo: —Id al mundo entero y predicad el Evangelio a todo lo creado. El que crea y sea bautizado será salvado; pero el que no crea será condenado. —CIC # 1257 El Señor mismo afirma que el Bautismo es necesario para la salvación (cf Jn 3,5). Por ello mandó a sus discípulos a anunciar el Evangelio y bautizar a todas las naciones (cf Mt 28, 19-20; cf DS 1618; LG 14; AG 5). El Bautismo es necesario para la salvación en aquellos a los que el Evangelio ha sido anunciado y han tenido la posibilidad de pedir este sacramento (cf Mc 16,16). La Iglesia no conoce otro medio que el Bautismo para asegurar la entrada en la bienaventuranza eterna; por eso está obligada a no descuidar la misión que ha recibido del Señor de hacer "renacer del agua y del Espíritu" a todos los que pueden ser bautizados. Dios ha vinculado la salvación al sacramento del Bautismo, sin embargo, Él no queda sometido a sus sacramentos. —CIC #845 El Padre quiso convocar a toda la humanidad en la Iglesia de su Hijo para reunir de nuevo a todos sus hijos que el pecado había dispersado y extraviado. La Iglesia es el lugar donde la humanidad debe volver a encontrar su unidad y su salvación. Ella es el "mundo reconciliado" (San Agustín, Sermo 96, 7-9). Es, además, este barco que pleno dominicae crucis velo Sancti Spiritus flatu in hoc bene navigat mundo ("con su velamen que es la cruz de Cristo, empujado por el Espíritu Santo, navega bien en este mundo"; san Ambrosio, De virginitate 18, 119); según otra imagen estimada por los Padres de la Iglesia, está prefigurada por el Arca de Noé que es la única que salva del diluvio (cf 1 P 3, 20-21). "Fuera de la Iglesia no hay salvación" —CIC #846 ¿Cómo entender esta afirmación tantas veces repetida por los Padres de la Iglesia? Formulada de modo positivo significa que toda salvación viene de Cristo-Cabeza por la Iglesia que es su Cuerpo: El santo Sínodo [...] «basado en la sagrada Escritura y en la Tradición, enseña que esta Iglesia peregrina es necesaria para la salvación. Cristo, en efecto, es el único Mediador y camino de salvación que se nos hace presente en su Cuerpo, en la Iglesia. Él, al inculcar con palabras, bien explícitas, la necesidad de la fe y del bautismo, confirmó al mismo tiempo la necesidad de la Iglesia, en la que entran los hombres por el Bautismo como por una puerta. Por eso, no podrían salvarse los que sabiendo que Dios fundó, por medio de Jesucristo, la Iglesia católica como necesaria para la salvación, sin embargo, no hubiesen querido entrar o perseverar en ella» (LG 14). —1 Timoteo 2:5 Porque uno solo es Dios y uno solo también el mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo hombre —Génesis 3:15 Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo; él te herirá en la cabeza, mientras tú le herirás en el talón. —CIC # 410 Tras la caída, el hombre no fue abandonado por Dios. Al contrario, Dios lo llama (cf. Gn 3,9) y le anuncia de modo misterioso la victoria sobre el mal y el levantamiento de su caída (cf. Gn 3,15). Este pasaje del Génesis ha sido llamado "Protoevangelio", por ser el primer anuncio del Mesías redentor, anuncio de un combate entre la serpiente y la Mujer, y de la victoria final de un descendiente de ésta. —CIC # 399 La Escritura muestra las consecuencias dramáticas de esta primera desobediencia. Adán y Eva pierden inmediatamente la gracia de la santidad original (cf. Rm 3,23). Tienen miedo del Dios (cf. Gn 3,9-10) de quien han concebido una falsa imagen, la de un Dios celoso de sus prerrogativas (cf. Gn 3,5). —CIC # 400 La armonía en la que se encontraban, establecida gracias a la justicia original, queda destruida; el dominio de las facultades espirituales del alma sobre el cuerpo se quiebra (cf. Gn 3,7); la unión entre el hombre y la mujer es sometida a tensiones (cf. Gn 3,11-13); sus relaciones estarán marcadas por el deseo y el dominio (cf. Gn 3,16). La armonía con la creación se rompe; la creación visible se hace para el hombre extraña y hostil (cf. Gn 3,17.19). A causa del hombre, la creación es sometida "a la servidumbre de la corrupción" (Rm 8,21). Por fin, la consecuencia explícitamente anunciada para el caso de desobediencia (cf. Gn 2,17), se realizará: el hombre "volverá al polvo del que fue formado" (Gn 3,19). La muerte hace su entrada en la historia de la humanidad (cf. Rm 5,12). —CIC # 404 ¿Cómo el pecado de Adán vino a ser el pecado de todos sus descendientes? Todo el género humano es en Adán sicut unum corpus unius hominis ("Como el cuerpo único de un único hombre") (Santo Tomás de Aquino, Quaestiones disputatae de malo, 4,1). Por esta "unidad del género humano", todos los hombres están implicados en el pecado de Adán, como todos están implicados en la justicia de Cristo. Sin embargo, la transmisión del pecado original es un misterio que no podemos comprender plenamente. Pero sabemos por la Revelación que Adán había recibido la santidad y la justicia originales no para él solo sino para toda la naturaleza humana: cediendo al tentador, Adán y Eva cometen un pecado personal, pero este pecado afecta a la naturaleza humana, que transmitirán en un estado caído (cf. Concilio de Trento: DS 1511-1512). Es un pecado que será transmitido por propagación a toda la humanidad, es decir, por la transmisión de una naturaleza humana privada de la santidad y de la justicia originales. Por eso, el pecado original es llamado "pecado" de manera análoga: es un pecado "contraído", "no cometido", un estado y no un acto. —Génesis 3:15 Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo; él te herirá en la cabeza, mientras tú le herirás en el talón. —Romanos 5:12 Por tanto, así como por medio de un solo hombre entró el pecado en el mundo, y a través del pecado la muerte, y de esta forma la muerte llegó a todos los hombres, porque todos pecaron… —CIC # 402 Todos los hombres están implicados en el pecado de Adán. San Pablo lo afirma: "Por la desobediencia de un solo hombre, todos fueron constituidos pecadores" (Rm 5,19): "Como por un solo hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado la muerte y así la muerte alcanzó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron..." (Rm 5,12). A la universalidad del pecado y de la muerte, el apóstol opone la universalidad de la salvación en Cristo: "Como el delito de uno solo atrajo sobre todos los hombres la condenación, así también la obra de justicia de uno solo (la de Cristo) procura a todos una justificación que da la vida" (Rm 5,18). —CIC # 409 Esta situación dramática del mundo que "todo entero yace en poder del maligno" (1 Jn 5,19; cf. 1 P 5,8), hace de la vida del hombre un combate: «A través de toda la historia del hombre se extiende una dura batalla contra los poderes de las tinieblas que, iniciada ya desde el origen del mundo, durará hasta el último día, según dice el Señor. Inserto en esta lucha, el hombre debe combatir continuamente para adherirse al bien, y no sin grandes trabajos, con la ayuda de la gracia de Dios, es capaz de lograr la unidad en sí mismo (GS 37,2). —CIC # 411 La tradición cristiana ve en este pasaje un anuncio del "nuevo Adán" (cf. 1 Co 15,21-22.45) que, por su "obediencia hasta la muerte en la Cruz" (Flp 2,8) repara con sobreabundancia la desobediencia de Adán (cf. Rm 5,19-20). Por otra parte, numerosos Padres y doctores de la Iglesia ven en la mujer anunciada en el "protoevangelio" la madre de Cristo, María, como "nueva Eva". Ella ha sido la que, la primera y de una manera única, se benefició de la victoria sobre el pecado alcanzada por Cristo: fue preservada de toda mancha de pecado original (cf. Pío IX: Bula Ineffabilis Deus: DS 2803) y, durante toda su vida terrena, por una gracia especial de Dios, no cometió ninguna clase de pecado (cf. Concilio de Trento: DS 1573). —Génesis 3:6 La mujer se fijó en que el árbol era bueno para comer, atractivo a la vista y que aquel árbol era apetecible para alcanzar sabiduría; tomó de su fruto, comió, y a su vez dio a su marido que también comió. —1 Timoteo 2:13 Porque Adán fue formado primero, Eva después. Además, Adán no fue engañado; pero la mujer, dejándose engañar, incurrió en pecado. —1 Corintios 15:21-22 Porque como por un hombre vino la muerte, también por un hombre la resurrección de los muertos. Y así como en Adán todos mueren, así también en Cristo todos serán vivificados. —1 Corintios 15:23-24 Pero cada uno en su orden debido: como primer fruto, Cristo; luego, con su venida, los que son de Cristo. Después llegará el fin, cuando entregue el Reino a Dios Padre, cuando haya aniquilado todo principado, toda potestad y poder. —Zacarías 9:9 Regocíjate, hija de Sión, grita de júbilo, hija de Jerusalén, mira, tu rey viene hacia ti, es justo y victorioso, montado sobre un asno, sobre un borrico, cría de asna. —La Salve “los desterrados hijos de Eva” “gimiendo y llorando en este valle de lágrimas” —CIC # 501 Jesús es el Hijo único de María. Pero la maternidad espiritual de María se extiende (cf. Jn 19, 26-27; Ap 12, 17) a todos los hombres a los cuales Él vino a salvar: "Dio a luz al Hijo, al que Dios constituyó el Primogénito entre muchos hermanos (Rm 8,29), es decir, de los creyentes, a cuyo nacimiento y educación colabora con amor de madre" (LG 63).18 views -
Video 23 de Catequesis Para Adultos
CCompartiendo la Fe como puedoVideo 23 de Catequesis Para Adultos —CIC # 1997 La gracia es una participación en la vida de Dios. Nos introduce en la intimidad de la vida trinitaria: por el Bautismo el cristiano participa de la gracia de Cristo, Cabeza de su Cuerpo. Como “hijo adoptivo” puede ahora llamar “Padre” a Dios, en unión con el Hijo único. Recibe la vida del Espíritu que le infunde la caridad y que forma la Iglesia. —CIC # 375 La Iglesia, interpretando de manera auténtica el simbolismo del lenguaje bíblico a la luz del Nuevo Testamento y de la Tradición, enseña que nuestros primeros padres Adán y Eva fueron constituidos en un estado "de santidad y de justicia original" (Concilio de Trento: DS 1511). Esta gracia de la santidad original era una "participación de la vida divina" (LG 2). —San Lucas 3:23-38 “Tenía Jesús al comenzar unos treinta años, y era, según se pensaba, hijo de José, hijo de Helí, hijo de Matat, hijo de Leví, hijo de Melquí, hijo de Jannaí, hijo de José, hijo de Matatías, hijo de Amós, hijo de Naúm, hijo de Eslí, hijo de Nangaí, hijo de Maaz, hijo de Matatías, hijo de Semeín, hijo de Josec, hijo de Jodá, hijo de Joanán, hijo de Resá, hijo de Zorobabel, hijo de Salatiel, hijo de Neri, hijo de Melquí, hijo de Addí, hijo de Cosán, hijo de Elmadán, hijo de Er, hijo de Jesús, hijo de Eliezer, hijo de Jorín, hijo de Matat, hijo de Leví, hijo de Simeón, hijo de Judá, hijo de José, hijo de Jonán, hijo de Eliaquín, hijo de Meleá, hijo de Menná, hijo de Mattatá, hijo de Natán, hijo de David, hijo de Jesé, hijo de Obed, hijo de Booz, hijo de Sala, hijo de Naasón, hijo de Aminadab, hijo de Admín, hijo de Arní, hijo de Esrón, hijo de Farés, hijo de Judá, hijo de Jacob, hijo de Isaac, hijo de Abrahán, hijo de Taré, hijo de Nacor, hijo de Seruc, hijo de Ragau, hijo de Falec, hijo de Eber, hijo de Sala, hijo de Cainán, hijo de Arfaxad, hijo de Sem, hijo de Noé, hijo de Lamec, hijo de Matusalén, hijo de Henoc, hijo de Jaret, hijo de Maleel, hijo de Cainán, hijo de Enós, hijo de Set, hijo de Adán, hijo de Dios. (La otra genealogía del Señor está en San Mateo 1:1-17_ —Romanos 6:3 ¿No sabéis que cuantos hemos sido bautizados en Cristo Jesús hemos sido bautizados para unirnos a su muerte? Pues fuimos sepultados juntamente con él mediante el bautismo para unirnos a su muerte, para que, así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros caminemos en una vida nueva. Porque si hemos sido injertados en él con una muerte como la suya, también lo seremos con una resurrección como la suya, —Bula Ineffabilis Deus del Papa Pío IX "Declaramos, pronunciamos y definimos que la doctrina que sostiene que la Santísima Virgen María, en el primer instante de su concepción, fue por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente en previsión de los méritos de Cristo Jesús, Salvador del genero humano, preservada inmune de toda mancha de culpa original, ha sido revelada por Dios, por tanto, debe ser firme y constantemente creída por todos los fieles." Dogma proclamado por el Papa Pío IX, el 8 de diciembre de 1854, en la Bula Ineffabilis Deus. —2 Corintios 5:17 Por tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva criatura: lo viejo pasó, ya ha llegado lo nuevo. —CIC 494 «Ella, en efecto, como dice san Ireneo, "por su obediencia fue causa de la salvación propia y de la de todo el género humano". Por eso, no pocos Padres antiguos, en su predicación, coincidieron con él en afirmar "el nudo de la desobediencia de Eva lo desató la obediencia de María. Lo que ató la virgen Eva por su falta de fe lo desató la Virgen María por su fe". Comparándola con Eva, llaman a María "Madre de los vivientes" y afirman con mayor frecuencia: "la muerte vino por Eva, la vida por María"». (LG. 56; cf. Adversus haereses, 3, 22, 4) Santo Tomás no entendió la Inmaculada Concepción —https://www.infocatolica.com/blog/praeclara.php/2302010211-doctrina-de-santo-tomas-acerc —Esto es lo que pensaba Santo Thomas. Recordemos que el vivió antes de que La Santa Madre Iglesia definiera el Dogma de la Inmaculada Concepción, de manera que aunque la siguiente afirmación de Santo Thomas no es ortodoxa, el no incurrió en herejía pues no acepto algo contrario a lo definido por la Iglesia hasta ese momento. IIIa, q. 27, a. 2, c: “La santificación de la Virgen María antes de su animación no es admisible por dos motivos. Primero, porque la santificación de que hablamos no es otra cosa que la limpieza del pecado original, puesto que la santidad es la limpieza perfecta, según dice Dionisio en el c.12 del De Div. Nom.. Ahora bien, la culpa no puede limpiarse más que por medio de la gracia, cuyo sujeto es solamente la criatura racional. Y, por tanto, la Virgen María no fue santificada antes de la infusión del alma racional. Segundo, porque al ser exclusivamente sujeto de la culpa el alma racional, antes de la infusión de la misma, la prole concebida no está sometida a la culpa. Y así, de cualquier manera en que la Virgen María hubiera sido santificada antes de la animación, jamás hubiese incurrido en la mancha de la culpa original y, en consecuencia, tampoco hubiera necesitado de la redención y de la salvación, que viene por Cristo, de quien se dice en Mt 1,21: El salvará a su pueblo de sus pecados. Pero resulta inaceptable que Cristo no sea el Salvador de todos los hombres, como se afirma en 1 Tim 4,10. De donde se concluye que la santificación de la Virgen María tuvo lugar después de su animación. Mas Nuestra Santa Madre la Iglesia aclaró como es posible la Inmaculada Concepción y nos confirmó an la Fe de siempre; — "Declaramos, pronunciamos y definimos que la doctrina que sostiene que la Santísima Virgen María, en el primer instante de su concepción, fue por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente en previsión de los méritos de Cristo Jesús, Salvador del genero humano, preservada inmune de toda mancha de culpa original, ha sido revelada por Dios, por tanto, debe ser firme y constantemente creída por todos los fieles." Dogma proclamado por el Papa Pío IX, el 8 de diciembre de 1854, en la Bula Ineffabilis Deus. —CIC # 634 "Hasta a los muertos ha sido anunciada la Buena Nueva ..." (1 P 4, 6). El descenso a los infiernos es el pleno cumplimiento del anuncio evangélico de la salvación. Es la última fase de la misión mesiánica de Jesús, fase condensada en el tiempo pero inmensamente amplia en su significado real de extensión de la obra redentora a todos los hombres de todos los tiempos y de todos los lugares porque todos los que se salvan se hacen partícipes de la Redención. —CIC # 605 Jesús ha recordado al final de la parábola de la oveja perdida que este amor es sin excepción: "De la misma manera, no es voluntad de vuestro Padre celestial que se pierda uno de estos pequeños" (Mt 18, 14). Afirma "dar su vida en rescate por muchos" (Mt 20, 28); este último término no es restrictivo: opone el conjunto de la humanidad a la única persona del Redentor que se entrega para salvarla (cf. Rm 5, 18-19). La Iglesia, siguiendo a los Apóstoles (cf. 2 Co 5, 15; 1 Jn 2, 2), enseña que Cristo ha muerto por todos los hombres sin excepción: "no hay, ni hubo ni habrá hombre alguno por quien no haya padecido Cristo" (Concilio de Quiercy, año 853: DS, 624). —CIC #291 "En el principio existía el Verbo [...] y el Verbo era Dios [...] Todo fue hecho por él y sin él nada ha sido hecho" (Jn 1,1-3). El Nuevo Testamento revela que Dios creó todo por el Verbo Eterno, su Hijo amado. "En él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra [...] todo fue creado por él y para él, él existe con anterioridad a todo y todo tiene en él su consistencia" (Col 1, 16-17). La fe de la Iglesia afirma también la acción creadora del Espíritu Santo: él es el "dador de vida" (Símbolo Niceno-Constantinopolitano), "el Espíritu Creador" (Liturgia de las Horas, Himno Veni, Creator Spiritus), la "Fuente de todo bien" (Liturgia bizantina, Tropario de vísperas de Pentecostés). —CIC # 1214 Este sacramento recibe el nombre de Bautismo en razón del carácter del rito central mediante el que se celebra: bautizar (baptizein en griego) significa "sumergir", "introducir dentro del agua"; la "inmersión" en el agua simboliza el acto de sepultar al catecúmeno en la muerte de Cristo, de donde sale por la resurrección con Él (cf Rm 6,3-4; Col 2,12) como "nueva criatura" (2 Co 5,17; Ga 6,15). —CIC # 1215 Este sacramento es llamado también “baño de regeneración y de renovación del Espíritu Santo” (Tt 3,5), porque significa y realiza ese nacimiento del agua y del Espíritu sin el cual "nadie puede entrar en el Reino de Dios" (Jn 3,5). —CIC # 1258 Desde siempre, la Iglesia posee la firme convicción de que quienes padecen la muerte por razón de la fe, sin haber recibido el Bautismo, son bautizados por su muerte con Cristo y por Cristo. Este Bautismo de sangre como el deseo del Bautismo, produce los frutos del Bautismo sin ser sacramento. —CIC # 1260 "Cristo murió por todos y la vocación última del hombre en realmente una sola, es decir, la vocación divina. En consecuencia, debemos mantener que el Espíritu Santo ofrece a todos la posibilidad de que, de un modo conocido sólo por Dios, se asocien a este misterio pascual" (GS 22; cf LG 16; AG 7). Todo hombre que, ignorando el Evangelio de Cristo y su Iglesia, busca la verdad y hace la voluntad de Dios según él la conoce, puede ser salvado. Se puede suponer que semejantes personas habrían deseado explícitamente el Bautismo si hubiesen conocido su necesidad. —CIC # 848 «Aunque Dios, por caminos conocidos sólo por Él, puede llevar a la fe, "sin la que es imposible agradarle" (Hb 11, 6), a los hombres que ignoran el Evangelio sin culpa propia, corresponde, sin embargo, a la Iglesia la necesidad y, al mismo tiempo, el derecho sagrado de evangelizar» (AG 7). —https://www.aciprensa.com/noticias/53753/cada-28-de-diciembre-se-celebra-a-los-santos-inocentes-los-ninos-sacrificados-por-cristo Cada 28 de diciembre la Iglesia Católica celebra la fiesta de los Santos Inocentes, los niños que murieron por Cristo, el Mesías de la humanidad, asesinados por órdenes del rey Herodes. —San Lucas 16:22 Sucedió, pues, que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abrahám —1 Timoteo 2:5 Porque uno solo es Dios y uno solo también el mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo hombre, —San Mateo 6:8-15 Así pues, no seáis como ellos, porque bien sabe vuestro Padre de qué tenéis necesidad antes de que se lo pidáis. Vosotros, en cambio, orad así: Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre; venga tu Reino; hágase tu voluntad, como en el cielo, también en la tierra; danos hoy nuestro pan cotidiano; y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos pongas en tentación, sino líbranos del mal. »Porque si les perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará vuestro Padre celestial. Pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestros pecados.11 views -
Video 21 de Catequesis Para Adultos
CCompartiendo la Fe como puedoVideo 21 Catequesis Para Adultos —San Juan 16:13 Cuando venga Aquél, el Espíritu de la verdad, os guiará hacia toda la verdad, pues no hablará por sí mismo, sino que dirá todo lo que oiga y os anunciará lo que va a venir. —CIC # 469 La Iglesia confiesa así que Jesús es inseparablemente verdadero Dios y verdadero Hombre. Él es verdaderamente el Hijo de Dios que se ha hecho hombre, nuestro hermano, y eso sin dejar de ser Dios, nuestro Señor: —CIC # 251 Para la formulación del dogma de la Trinidad, la Iglesia debió crear una terminología propia con ayuda de nociones de origen filosófico: "substancia", "persona" o "hipóstasis", "relación", etc. Al hacer esto, no sometía la fe a una sabiduría humana, sino que daba un sentido nuevo, sorprendente, a estos términos destinados también a significar en adelante un Misterio inefable, "infinitamente más allá de todo lo que podemos concebir según la medida humana" (Pablo VI, Credo del Pueblo de Dios, 2). —CIC # 252 La Iglesia utiliza el término "substancia" (traducido a veces también por "esencia" o por "naturaleza") para designar el ser divino en su unidad; el término "persona" o "hipóstasis" para designar al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo en su distinción real entre sí; el término "relación" para designar el hecho de que su distinción reside en la referencia de cada uno a los otros. —CIC # 468 Después del Concilio de Calcedonia, algunos concibieron la naturaleza humana de Cristo como una especie de sujeto personal. Contra éstos, el quinto Concilio Ecuménico, en Constantinopla, el año 553 confesó a propósito de Cristo: "No hay más que una sola hipóstasis [o persona] [...] que es nuestro Señor Jesucristo, uno de la Trinidad" (Concilio de Constantinopla II: DS, 424). Por tanto, todo en la humanidad de Jesucristo debe ser atribuido a su persona divina como a su propio sujeto (cf. ya Concilio de Éfeso: DS, 255), no solamente los milagros sino también los sufrimientos (cf. Concilio de Constantinopla II: DS, 424) y la misma muerte: "El que ha sido crucificado en la carne, nuestro Señor Jesucristo, es verdadero Dios, Señor de la gloria y uno de la Santísima Trinidad" (ibíd., 432). —Génesis 1:10 Llamó Dios a lo seco tierra, y a la reunión de aguas la llamó mares. Y vio Dios que era bueno. —Génesis 1:17 Y Dios las puso en el firmamento de los cielos para alumbrar la tierra, 18para regir el día y la noche, y para separar la luz de la oscuridad. Y vio Dios que era bueno. —Génesis 1:21 Y Dios creó los grandes cetáceos y todos los seres vivos que serpean y llenan las aguas según su especie, y todas las aves aladas según su especie. Y vio Dios que era bueno. —Génesis 1:25 Dios hizo los animales salvajes según su especie, los ganados según su especie y todos los reptiles del campo según su especie. Y vio Dios que era bueno. —Génesis 1:27-31 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y mujer los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: —Creced, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla; dominad sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que reptan por la tierra. Y dijo Dios: —He aquí que os he dado todas las plantas portadoras de semilla que hay en toda la superficie de la tierra, y todos los árboles que dan fruto con semilla; esto os servirá de alimento. A todas las fieras, a todas las aves del cielo y a todos los reptiles de la tierra, a todo ser vivo, la hierba verde le servirá de alimento. Y así fue. Y vio Dios todo lo que había hecho; y he aquí que era muy bueno. —CIC # 252 La Iglesia utiliza el término "substancia" (traducido a veces también por "esencia" o por "naturaleza") para designar el ser divino en su unidad; el término "persona" o "hipóstasis" para designar al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo en su distinción real entre sí; el término "relación" para designar el hecho de que su distinción reside en la referencia de cada uno a los otros. —Génesis 1:26 Dijo Dios: —Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza. —Génesis 2:7 Entonces, el Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra, insufló en sus narices aliento de vida, y el hombre se convirtió en un ser vivo. —CIC # 357 Por haber sido hecho a imagen de Dios, el ser humano tiene la dignidad de persona; no es solamente algo, sino alguien. Es capaz de conocerse, de poseerse y de darse libremente y entrar en comunión con otras personas; y es llamado, por la gracia, a una alianza con su Creador, a ofrecerle una respuesta de fe y de amor que ningún otro ser puede dar en su lugar. —Juan 1:14 1Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, —CIC # 1265 El Bautismo no solamente purifica de todos los pecados, hace también del neófito "una nueva creatura" (2 Co 5,17), un hijo adoptivo de Dios (cf Ga 4,5-7) que ha sido hecho "partícipe de la naturaleza divina" (2 P 1,4), miembro de Cristo (cf 1 Co 6,15; 12,27), coheredero con Él (Rm 8,17) y templo del Espíritu Santo (cf 1 Co 6,19). —San Juan 10:33-36—No queremos lapidarte por ninguna obra buena, sino por blasfemia; y porque tú, siendo hombre, te haces Dios —le respondieron los judíos. Jesús les contestó: —¿No está escrito en vuestra Ley: Yo dije: «Sois dioses»? Si llamó dioses a quienes se dirigió la palabra de Dios, y la Escritura no puede fallar, ¿a quien el Padre santificó y envió al mundo, decís vosotros que blasfema porque dije que soy Hijo de Dios? —Salmos 82:1-8 Salmo. De Asaf. Dios se levanta en el consejo divino, juzga en medio de los dioses: «¿Hasta cuándo juzgaréis injustamente y favoreceréis a los impíos? Pausa Defended al débil y al huérfano, haced justicia al pobre y al necesitado. Poned a salvo al débil, librad al desvalido de la mano de los impíos». Pero ellos no saben ni disciernen, caminan en tinieblas. ¡Se conmueven todos los fundamentos de la tierra! Yo os digo: «Vosotros sois dioses, todos vosotros, hijos del Altísimo. Pero moriréis como todos los hombres, caeréis como cualquier príncipe». ¡Levántate, oh Dios! Juzga la tierra, porque Tú eres el Señor de todas las naciones. —CIC # 460 El Verbo se encarnó para hacernos "partícipes de la naturaleza divina" (2 P 1, 4): "Porque tal es la razón por la que el Verbo se hizo hombre, y el Hijo de Dios, Hijo del hombre: para que el hombre al entrar en comunión con el Verbo y al recibir así la filiación divina, se convirtiera en hijo de Dios" (San Ireneo de Lyon, Adversus haereses, 3, 19, 1). "Porque el Hijo de Dios se hizo hombre para hacernos Dios" (San Atanasio de Alejandría, De Incarnatione, 54, 3: PG 25, 192B). Unigenitus [...] Dei Filius, suae divinitatis volens nos esse participes, naturam nostram assumpsit, ut homines deos faceret factus homo ("El Hijo Unigénito de Dios, queriendo hacernos partícipes de su divinidad, asumió nuestra naturaleza, para que, habiéndose hecho hombre, hiciera dioses a los hombres") (Santo Tomás de Aquino, Oficio de la festividad del Corpus, Of. de Maitines, primer Nocturno, Lectura I). —CIC # 375 La Iglesia, interpretando de manera auténtica el simbolismo del lenguaje bíblico a la luz del Nuevo Testamento y de la Tradición, enseña que nuestros primeros padres Adán y Eva fueron constituidos en un estado "de santidad y de justicia original" (Concilio de Trento: DS 1511). Esta gracia de la santidad original era una "participación de la vida divina" (LG 2). —CIC # 237 La Trinidad es un misterio de fe en sentido estricto, uno de los misterios escondidos en Dios, "que no pueden ser conocidos si no son revelados desde lo alto" (Concilio Vaticano I: DS 3015). Dios, ciertamente, ha dejado huellas de su ser trinitario en su obra de Creación y en su Revelación a lo largo del Antiguo Testamento. Pero la intimidad de su Ser como Trinidad Santa constituye un misterio inaccesible a la sola razón e incluso a la fe de Israel antes de la Encarnación del Hijo de Dios y el envío del Espíritu Santo. —Génesis 3:6-8 La mujer se fijó en que el árbol era bueno para comer, atractivo a la vista y que aquel árbol era apetecible para alcanzar sabiduría; tomó de su fruto, comió, y a su vez dio a su marido que también comió. Entonces se les abrieron los ojos y conocieron que estaban desnudos; entrelazaron hojas de higuera y se las ciñeron. Y cuando oyeron la voz del Señor Dios que se paseaba por el jardín a la hora de la brisa, el hombre y su mujer se ocultaron de la presencia del Señor Dios entre los árboles del jardín.36 views 1 comment -
Video 20 de Catequesis Para Adultos
CCompartiendo la Fe como puedoVideo 20 de Catequesis Para Adultos —CIC # 258 Toda la economía divina es la obra común de las tres Personas divinas. Porque la Trinidad, del mismo modo que tiene una sola y misma naturaleza, así también tiene una sola y misma operación (cf. Concilio de Constantinopla II, año 553: DS 421). "El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo no son tres principios de las criaturas, sino un solo principio" (Concilio de Florencia, año 1442: DS 1331). Sin embargo, cada Persona divina realiza la obra común según su propiedad personal. Así la Iglesia confiesa, siguiendo al Nuevo Testamento (cf. 1 Co 8,6): "Uno es Dios [...] y Padre de quien proceden todas las cosas, Uno el Señor Jesucristo por el cual son todas las cosas, y Uno el Espíritu Santo en quien son todas las cosas (Concilio de Constantinopla II: DS 421). Son, sobre todo, las misiones divinas de la Encarnación del Hijo y del don del Espíritu Santo las que manifiestan las propiedades de las personas divinas. Lo que se le atribuye a las Tres Divinas Personas en el Credo —"Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. —Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios…por nuestra salvación bajó del cielo —Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida —CIC # 198 Nuestra profesión de fe comienza por Dios, porque Dios es "el primero y el [...] último" (Is 44,6), el principio y el fin de todo. El Credo comienza por Dios Padre, porque el Padre es la primera Persona divina de la Santísima Trinidad; nuestro Símbolo se inicia con la creación del cielo y de la tierra, ya que la creación es el comienzo y el fundamento de todas las obras de Dios. — CIC # 679 Cristo es Señor de la vida eterna. El pleno derecho de juzgar definitivamente las obras y los corazones de los hombres pertenece a Cristo como Redentor del mundo. —CIC # 739 Puesto que el Espíritu Santo es la Unción de Cristo, es Cristo, Cabeza del Cuerpo, quien lo distribuye entre sus miembros para alimentarlos, sanarlos, organizarlos en sus funciones mutuas, vivificarlos, enviarlos a dar testimonio, asociarlos a su ofrenda al Padre y a su intercesión por el mundo entero. Por medio de los sacramentos de la Iglesia, Cristo comunica su Espíritu, Santo y Santificador, a los miembros de su Cuerpo —Colosenses 1:15-16 El cual es la imagen del Dios invisible, primogénito de toda creación, porque en él fueron creadas todas las cosas en los cielos y sobre la tierra, las visibles y las invisibles, —Juan 1:1 En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios. —Juan 1:14 Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, — CIC # 461 Volviendo a tomar la frase de san Juan ("El Verbo se encarnó": Jn 1, 14), la Iglesia llama "Encarnación" al hecho de que el Hijo de Dios haya asumido una naturaleza humana para llevar a cabo por ella nuestra salvación. En un himno citado por san Pablo, la Iglesia canta el misterio de la Encarnación: «Tened entre vosotros los mismos sentimientos que tuvo Cristo: el cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios, sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo, haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre; y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz» (Flp 2, 5-8; cf. Liturgia de las Horas, Cántico de las Primeras Vísperas de Domingos). —CIC # 464 El acontecimiento único y totalmente singular de la Encarnación del Hijo de Dios no significa que Jesucristo sea en parte Dios y en parte hombre, ni que sea el resultado de una mezcla confusa entre lo divino y lo humano. Él se hizo verdaderamente hombre sin dejar de ser verdaderamente Dios. Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre. La Iglesia debió defender y aclarar esta verdad de fe durante los primeros siglos frente a unas herejías que la falseaban. —CIC # 491 A lo largo de los siglos, la Iglesia ha tomado conciencia de que María "llena de gracia" por Dios (Lc 1, 28) había sido redimida desde su concepción. Es lo que confiesa el dogma de la Inmaculada Concepción, proclamado en 1854 por el Papa Pío IX: «... la bienaventurada Virgen María fue preservada inmune de toda la mancha de pecado original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo Salvador del género humano (Pío IX, Bula Ineffabilis Deus: DS, 2803). —CIC # 492 Esta "resplandeciente santidad del todo singular" de la que ella fue "enriquecida desde el primer instante de su concepción" (LG 56), le viene toda entera de Cristo: ella es "redimida de la manera más sublime en atención a los méritos de su Hijo" (LG 53). El Padre la ha "bendecido [...] con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo" (Ef 1, 3) más que a ninguna otra persona creada. Él la ha "elegido en él antes de la creación del mundo para ser santa e inmaculada en su presencia, en el amor" (cf. Ef 1, 4). —CIC # 493 Los Padres de la tradición oriental llaman a la Madre de Dios "la Toda Santa" (Panaghia), la celebran "como inmune de toda mancha de pecado y como plasmada y hecha una nueva criatura por el Espíritu Santo" (LG 56). Por la gracia de Dios, María ha permanecido pura de todo pecado personal a lo largo de toda su vida. —CIC # 315 En la creación del mundo y del hombre, Dios ofreció el primero y universal testimonio de su amor todopoderoso y de su sabiduría, el primer anuncio de su "designio benevolente" que encuentra su fin en la nueva creación en Cristo. —CIC # 374 El primer hombre fue no solamente creado bueno, sino también constituido en la amistad con su creador y en armonía consigo mismo y con la creación en torno a él; amistad y armonía tales que no serán superadas más que por la gloria de la nueva creación en Cristo. —CIC # 411 La tradición cristiana ve en este pasaje un anuncio del "nuevo Adán" (cf. 1 Co 15,21-22.45) que, por su "obediencia hasta la muerte en la Cruz" (Flp 2,8) repara con sobreabundancia la desobediencia de Adán (cf. Rm 5,19-20). Por otra parte, numerosos Padres y doctores de la Iglesia ven en la mujer anunciada en el "protoevangelio" la madre de Cristo, María, como "nueva Eva". Ella ha sido la que, la primera y de una manera única, se benefició de la victoria sobre el pecado alcanzada por Cristo: fue preservada de toda mancha de pecado original (cf. Pío IX: Bula Ineffabilis Deus: DS 2803) y, durante toda su vida terrena, por una gracia especial de Dios, no cometió ninguna clase de pecado (cf. Concilio de Trento: DS 1573). —CIC # 430 Jesús quiere decir en hebreo: "Dios salva". En el momento de la anunciación, el ángel Gabriel le dio como nombre propio el nombre de Jesús que expresa a la vez su identidad y su misión (cf. Lc 1, 31). Ya que "¿quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios?"(Mc 2, 7), es Él quien, en Jesús, su Hijo eterno hecho hombre "salvará a su pueblo de sus pecados" (Mt 1, 21). En Jesús, Dios recapitula así toda la historia de la salvación en favor de los hombres. —Mateo 11:19 Ha venido el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: «Mirad un hombre comilón y bebedor, amigo de publicanos y pecadores». —Mateo 16:16 Respondió Simón Pedro: —Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo. —CIC # 251 Para la formulación del dogma de la Trinidad, la Iglesia debió crear una terminología propia con ayuda de nociones de origen filosófico: "substancia", "persona" o "hipóstasis", "relación", etc. Al hacer esto, no sometía la fe a una sabiduría humana, sino que daba un sentido nuevo, sorprendente, a estos términos destinados también a significar en adelante un Misterio inefable, "infinitamente más allá de todo lo que podemos concebir según la medida humana" (Pablo VI, Credo del Pueblo de Dios, 2). —Hebreos 4:15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino que, de manera semejante a nosotros, ha sido probado en todo, excepto en el pecado. —Lucas 2:40 El niño iba creciendo y fortaleciéndose lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba en él. —Lucas 2:52 Y Jesús crecía en sabiduría, en edad y en gracia delante de Dios y de los hombres. —Lucas 2: 46 Y al cabo de tres días lo encontraron en el Templo, sentado en medio de los doctores, escuchándoles y preguntándoles. —Lucas 2:51 Bajó con ellos, vino a Nazaret y les estaba sujeto. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón.34 views 2 comments -
Video 19 de Catequesis Para Adultos
CCompartiendo la Fe como puedoVideo 19 de Catequesis Para Adultos —CIC # 234El misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central de la fe y de la vida cristiana. Es el misterio de Dios en sí mismo. Es, pues, la fuente de todos los otros misterios de la fe; es la luz que los ilumina. Es la enseñanza más fundamental y esencial en la "jerarquía de las verdades de fe" (DCG 43). "Toda la historia de la salvación no es otra cosa que la historia del camino y los medios por los cuales el Dios verdadero y único, Padre, Hijo y Espíritu Santo, se revela a los hombres, los aparta del pecado y los reconcilia y une consigo" (DCG 47). —CIC # 255 Las Personas divinas son relativas unas a otras. La distinción real de las Personas entre sí, porque no divide la unidad divina, reside únicamente en las relaciones que las refieren unas a otras: "En los nombres relativos de las personas, el Padre es referido al Hijo, el Hijo lo es al Padre, el Espíritu Santo lo es a los dos; sin embargo, cuando se habla de estas tres Personas considerando las relaciones se cree en una sola naturaleza o substancia" (Concilio de Toledo XI, año 675: DS 528). En efecto, "en Dios todo es uno, excepto lo que comporta relaciones opuestas" (Concilio de Florencia, año 1442: DS 1330). "A causa de esta unidad, el Padre está todo en el Hijo, todo en el Espíritu Santo; el Hijo está todo en el Padre, todo en el Espíritu Santo; el Espíritu Santo está todo en el Padre, todo en el Hijo" (Concilio de Florencia, año 1442: DS 1331). —Juan 17:3 Ésta es la vida eterna: que te conozcan a Ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien Tú has enviado. —Juan 4:24 Dios es espíritu, y los que le adoran deben adorar en espíritu y en verdad. —Juan 1:1 En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios. —Hebreos 1:2-3 En estos últimos días nos ha hablado por medio de su Hijo, a quien instituyó heredero de todas las cosas y por quien hizo también el universo. Él, que es resplandor de su gloria e impronta de su sustancia y que sustenta todas las cosas con su palabra poderosa, —Colosenses 1:15 El cual es la imagen del Dios invisible, primogénito de toda creación, porque en él fueron creadas todas las cosas —Audiencia General de San Juan Pablo II el Miércoles 14 de noviembre de 1990 Punto 1. “Hoy queremos comenzar la catequesis repitiendo una afirmación ya hecha antes sobre el tema del único Dios, que la fe cristiana nos enseña a reconocer y a adorar como Trinidad. “El amor recíproco del Padre y del Hijo procede en ellos y de ellos como Persona: el Padre y el Hijo ‘espiran’ al Espíritu de Amor, consustancial a ellos”. La Iglesia, ya desde los comienzos, tenía la convicción de que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo como Amor.” —Carta Gratissimam Sane de San Juan Pablo II 1994 Punto 2 “familia tiene su origen en el mismo amor con que el Creador abraza al mundo creado, como está expresado «al principio», en el libro del Génesis (1, 1)” —Génesis 1:26 Dijo Dios: —Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza. —Génesis 1:27-28 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y mujer los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: —Creced, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla;14 views -
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CCompartiendo la Fe como puedoVideo 18 de Catequesis Para Adultos —Génesis 1:26 Dijo Dios: —Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza. —CIC # 234 El misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central de la fe y de la vida cristiana. Es el misterio de Dios en sí mismo. Es, pues, la fuente de todos los otros misterios de la fe; es la luz que los ilumina. Es la enseñanza más fundamental y esencial en la "jerarquía de las verdades de fe" (DCG 43). "Toda la historia de la salvación no es otra cosa que la historia del camino y los medios por los cuales el Dios verdadero y único, Padre, Hijo y Espíritu Santo, se revela a los hombres, los aparta del pecado y los reconcilia y une consigo" (DCG 47). —CIC # 253 La Trinidad es una. No confesamos tres dioses sino un solo Dios en tres personas: "la Trinidad consubstancial" (Concilio de Constantinopla II, año 553: DS 421). Las personas divinas no se reparten la única divinidad, sino que cada una de ellas es enteramente Dios: "El Padre es lo mismo que es el Hijo, el Hijo lo mismo que es el Padre, el Padre y el Hijo lo mismo que el Espíritu Santo, es decir, un solo Dios por naturaleza" (Concilio de Toledo XI, año 675: DS 530). "Cada una de las tres personas es esta realidad, es decir, la substancia, la esencia o la naturaleza divina" (Concilio de Letrán IV, año 1215: DS 804). —CIC # 255 Las Personas divinas son relativas unas a otras. La distinción real de las Personas entre sí, porque no divide la unidad divina, reside únicamente en las relaciones que las refieren unas a otras: "En los nombres relativos de las personas, el Padre es referido al Hijo, el Hijo lo es al Padre, el Espíritu Santo lo es a los dos; sin embargo, cuando se habla de estas tres Personas considerando las relaciones se cree en una sola naturaleza o substancia" (Concilio de Toledo XI, año 675: DS 528). En efecto, "en Dios todo es uno, excepto lo que comporta relaciones opuestas" (Concilio de Florencia, año 1442: DS 1330). "A causa de esta unidad, el Padre está todo en el Hijo, todo en el Espíritu Santo; el Hijo está todo en el Padre, todo en el Espíritu Santo; el Espíritu Santo está todo en el Padre, todo en el Hijo" (Concilio de Florencia, año 1442: DS 1331). El Padre y El Hijo —CIC # 240 Jesús ha revelado que Dios es "Padre" en un sentido nuevo: no lo es sólo en cuanto Creador; Él es eternamente Padre en relación a su Hijo único, que recíprocamente sólo es Hijo en relación a su Padre: "Nadie conoce al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar" (Mt 11,27). El Espíritu Santo —CIC # 246 La tradición latina del Credo confiesa que el Espíritu "procede del Padre y del Hijo (Filioque)". El Concilio de Florencia, en el año 1438, explicita: "El Espíritu Santo [...] tiene su esencia y su ser a la vez del Padre y del Hijo y procede eternamente tanto del Uno como del Otro como de un solo Principio y por una sola espiración [...]. Y porque todo lo que pertenece al Padre, el Padre lo dio a su Hijo único al engendrarlo a excepción de su ser de Padre, esta procesión misma del Espíritu Santo a partir del Hijo, éste la tiene eternamente de su Padre que lo engendró eternamente" (DS 1300-1301). —CIC # 258 Toda la economía divina es la obra común de las tres Personas divinas. Porque la Trinidad, del mismo modo que tiene una sola y misma naturaleza, así también tiene una sola y misma operación (cf. Concilio de Constantinopla II, año 553: DS 421). "El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo no son tres principios de las criaturas, sino un solo principio" (Concilio de Florencia, año 1442: DS 1331). Sin embargo, cada Persona divina realiza la obra común según su propiedad personal. Así la Iglesia confiesa, siguiendo al Nuevo Testamento (cf. 1 Co 8,6): "Uno es Dios [...] y Padre de quien proceden todas las cosas, Uno el Señor Jesucristo por el cual son todas las cosas, y Uno el Espíritu Santo en quien son todas las cosas (Concilio de Constantinopla II: DS 421). Son, sobre todo, las misiones divinas de la Encarnación del Hijo y del don del Espíritu Santo las que manifiestan las propiedades de las personas divinas. —Efesios 3:14-15 Por este motivo, me pongo de rodillas ante el Padre, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra, —CIC # 2205 La familia cristiana es una comunión de personas, reflejo e imagen de la comunión del Padre y del Hijo en el Espíritu Santo. Su actividad procreadora y educativa es reflejo de la obra creadora de Dios. —CIC # 237 La Trinidad es un misterio de fe en sentido estricto, uno de los misterios escondidos en Dios, "que no pueden ser conocidos si no son revelados desde lo alto" (Concilio Vaticano I: DS 3015). Dios, ciertamente, ha dejado huellas de su ser trinitario en su obra de Creación y en su Revelación a lo largo del Antiguo Testamento. Pero la intimidad de su Ser como Trinidad Santa constituye un misterio inaccesible a la sola razón e incluso a la fe de Israel antes de la Encarnación del Hijo de Dios y el envío del Espíritu Santo. —CIC # 246 La tradición latina del Credo confiesa que el Espíritu "procede del Padre y del Hijo (Filioque)". El Concilio de Florencia, en el año 1438, explicita: "El Espíritu Santo [...] tiene su esencia y su ser a la vez del Padre y del Hijo y procede eternamente tanto del Uno como del Otro como de un solo Principio y por una sola espiración [...]. Y porque todo lo que pertenece al Padre, el Padre lo dio a su Hijo único al engendrarlo a excepción de su ser de Padre, esta procesión misma del Espíritu Santo a partir del Hijo, éste la tiene eternamente de su Padre que lo engendró eternamente" (DS 1300-1301). —Teología para todos (Teología para principiantes) https://scepterpublishers.org/products/teologia-para-todos —Genesis 1:26-27 Dijo Dios: —Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y mujer los creó.5 views -
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CCompartiendo la Fe como puedoVideo 10 Catequesispara Adultos NOTA ACLARTORIA: No es la palabra Dios la que es plural, sino la palabra UNO en el Shema Israel: —Deuteronomio 6:4 “Escucha, Israel: el Señor es nuestro Dios, el Señor es Uno.” En este caso la palabra Uno es echad, אחד, uno existiendo en unidad, un pronombre plural. (Traducido del libro The Bride de Channah Bardan p.5) —Génesis 1:26 Dijo Dios: —Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza. —CIC #236 Los Padres de la Iglesia distinguen entre la Theologia y la Oikonomia, designando con el primer término el misterio de la vida íntima del Dios-Trinidad, con el segundo todas las obras de Dios por las que se revela y comunica su vida. Por la Oikonomia nos es revelada la Theologia; pero inversamente, es la Theologia, la que esclarece toda la Oikonomia. Las obras de Dios revelan quién es en sí mismo; e inversamente, el misterio de su Ser íntimo ilumina la inteligencia de todas sus obras. Así sucede, analógicamente, entre las personas humanas. La persona se muestra en su obrar y a medida que conocemos mejor a una persona, mejor comprendemos su obrar —Génesis1:1En el principio creó Dios el cielo y la tierra. —CIC #291 "En el principio existía el Verbo [...] y el Verbo era Dios [...] Todo fue hecho por él y sin él nada ha sido hecho" (Jn 1,1-3). El Nuevo Testamento revela que Dios creó todo por el Verbo Eterno, su Hijo amado. "En él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra [...] todo fue creado por él y para él, él existe con anterioridad a todo y todo tiene en él su consistencia" (Col 1, 16-17). La fe de la Iglesia afirma también la acción creadora del Espíritu Santo: él es el "dador de vida" (Símbolo Niceno-Constantinopolitano), "el Espíritu Creador" (Liturgia de las Horas, Himno Veni, Creator Spiritus), la "Fuente de todo bien" (Liturgia bizantina, Tropario de vísperas de Pentecostés). —CIC #292 La acción creadora del Hijo y del Espíritu, insinuada en el Antiguo Testamento (cf. Sal 33,6;104,30; Gn 1,2-3), revelada en la Nueva Alianza, inseparablemente una con la del Padre, es claramente afirmada por la regla de fe de la Iglesia: "Sólo existe un Dios [...]: es el Padre, es Dios, es el Creador, es el Autor, es el Ordenador. Ha hecho todas las cosas por sí mismo, es decir, por su Verbo y por su Sabiduría", "por el Hijo y el Espíritu", que son como "sus manos" (San Ireneo de Lyon, Adversus haereses, 2,30,9 y 4, 20, 1). La creación es la obra común de la Santísima Trinidad. —Exodo 3:13 Moisés replicó: —Cuando me acerque a los hijos de Israel y les diga: «El Dios de vuestros padres me envía a vosotros», y me pregunten cuál es su nombre, ¿qué he de decirles? Y le dijo Dios a Moisés: —Yo soy el que soy. (Hebreo יהוה) ( YHVH )Y añadió: —Así dirás a los hijos de Israel: «Yo soy» me ha enviado a vosotros —Exodo 3:13-14 Moisés replicó: —Cuando me acerque a los hijos de Israel y les diga: «El Dios de vuestros padres me envía a vosotros», y me pregunten cuál es su nombre, ¿qué he de decirles? Y le dijo Dios a Moisés: —Yo soy el que soy. —CIC #290 "En el principio, Dios creó el cielo y la tierra" (Gn 1,1): tres cosas se afirman en estas primeras palabras de la Escritura: el Dios eterno ha dado principio a todo lo que existe fuera de Él. Solo Él es creador (el verbo "crear" —en hebreo bara— tiene siempre por sujeto a Dios). La totalidad de lo que existe (expresada por la fórmula "el cielo y la tierra") depende de Aquel que le da el ser. —Génesis 1:1 En el principio creó Dios el cielo y la tierra —Génesis 1:26Dijo Dios: —Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza. —San Mateo 7:7»Pedid y se os dará; buscad y encontraréis; llamad y se os abrirá. 8Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá.26 views -
Video 17 de Catequesis Para adultos
CCompartiendo la Fe como puedoVideo 17 de Catequesis Para Adultos —Principio y Fundamento de San Ignacio de Loyola 1) “El hombre es creado para alabar, hacer reverencia y servir a Dios nuestro Señor, y mediante esto salvar su alma; (2) y las otras cosas sobre la faz de la tierra son creadas para el hombre y para que le ayuden a conseguir el fin para el que es creado (3) De donde se sigue que el hombre tanto ha de usar de ellas cuanto le ayuden para su fin, y tanto debe privarse de ellas cuanto para ello le impiden Tomado de https://ceimiami.org/ejercicios-espirituales-primera-etapa-meditacion-2#:~:text=3.%2D%20PRINCIPIO%20Y%20FUNDAMENTO%2C,para%20el%20que%20es%20creado. El 11 de septiembre de 2013 a las 1019h —CIC # 1878 Todos los hombres son llamados al mismo fin: Dios. Existe cierta semejanza entre la unión de las personas divinas y la fraternidad que los hombres deben instaurar entre ellos, en la verdad y el amor (cf GS 24, 3). El amor al prójimo es inseparable del amor a Dios. —CIC # 2196 En respuesta a la pregunta que le hacen sobre cuál es el primero de los mandamientos, Jesús responde: «El primero es: “Escucha Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”. El segundo es: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No existe otro mandamiento mayor que éstos» (Mc 12, 29-31). El apóstol san Pablo lo recuerda: «El que ama al prójimo ha cumplido la ley. En efecto, lo de: no adulterarás, no matarás, no robarás, no codiciarás y todos los demás preceptos, se resumen en esta fórmula: amarás a tu prójimo como a ti mismo. La caridad no hace mal al prójimo. La caridad es, por tanto, la ley en su plenitud» (Rm 13, 8-10). —Hebreos 4:12 “Ciertamente, la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que una espada de doble filo: entra hasta la división del alma y del espíritu, de las articulaciones y de la médula, y descubre los sentimientos y pensamientos del corazón.” —Juan 4:24 “Dios es espíritu, y los que le adoran deben adorar en espíritu y en verdad.” —CIC # 327 La profesión de fe del IV Concilio de Letrán afirma que Dios, "al comienzo del tiempo, creó a la vez de la nada una y otra criatura, la espiritual y la corporal, es decir, la angélica y la mundana; luego, la criatura humana, que participa de las dos realidades, pues está compuesta de espíritu y de cuerpo" (Concilio de Letrán IV: DS, 800; cf Concilio Vaticano I: ibíd., 3002 y Pablo VI, Credo del Pueblo de Dios, 8). —CIC # 365 La unidad del alma y del cuerpo es tan profunda que se debe considerar al alma como la "forma" del cuerpo (cf. Concilio de Vienne, año 1312, DS 902); es decir, gracias al alma espiritual, la materia que integra el cuerpo es un cuerpo humano y viviente; en el hombre, el espíritu y la materia no son dos naturalezas unidas, sino que su unión constituye una única naturaleza. —CIC # 366 La Iglesia enseña que cada alma espiritual es directamente creada por Dios (cf. Pío XII, Enc. Humani generis, 1950: DS 3896; Pablo VI, Credo del Pueblo de Dios, 8) —no es "producida" por los padres—, y que es inmortal (cf. Concilio de Letrán V, año 1513: DS 1440): no perece cuando se separa del cuerpo en la muerte, y se unirá de nuevo al cuerpo en la resurrección final. —CIC # 367 A veces se acostumbra a distinguir entre alma y espíritu. Así san Pablo ruega para que nuestro "ser entero, el espíritu [...], el alma y el cuerpo" sea conservado sin mancha hasta la venida del Señor (1 Ts 5,23). La Iglesia enseña que esta distinción no introduce una dualidad en el alma (Concilio de Constantinopla IV, año 870: DS 657). "Espíritu" significa que el hombre está ordenado desde su creación a su fin sobrenatural (Concilio Vaticano I: DS 3005; cf. GS 22,5), y que su alma es capaz de ser sobreelevada gratuitamente a la comunión con Dios (cf. Pío XII, Humani generis, año 1950: DS 3891). —Teología para todos (Teología para principiantes) https://scepterpublishers.org/products/teologia-para-todos24 views 1 comment -
Video 16 de Catequesis Para Adultos
CCompartiendo la Fe como puedoVideo 16 de Catequesis Para Adultos Referencias —https://scepterpublishers.org/products/teologia-para-todos —CIC #414 Satán o el diablo y los otros demonios son ángeles caídos por haber rechazado libremente servir a Dios y su designio. Su opción contra Dios es definitiva. Intentan asociar al hombre en su rebelión contra Dios. —(sobre los ángeles y su elección) —Juan 4:24Dios es espíritu, y los que le adoran deben adorar en espíritu y en verdad. —CIC #1Dios, infinitamente perfecto y bienaventurado en sí mismo, en un designio de pura bondad ha creado libremente al hombre para hacerle partícipe de su vida bienaventurada. Por eso, en todo tiempo y en todo lugar, se hace cercano del hombre: le llama y le ayuda a buscarle, a conocerle y a amarle con todas sus fuerzas. Convoca a todos los hombres, que el pecado dispersó, a la unidad de su familia, la Iglesia. Para lograrlo, llegada la plenitud de los tiempos, envió a su Hijo como Redentor y Salvador. En Él y por Él, llama a los hombres a ser, en el Espíritu Santo, sus hijos de adopción, y por tanto los herederos de su vida bienaventurada. —CIC #2467El hombre busca naturalmente la verdad. Está obligado a honrarla y atestiguarla: “Todos los hombres, conforme a su dignidad, por ser personas [...], se ven impulsados, por su misma naturaleza, a buscar la verdad y, además, tienen la obligación moral de hacerlo, sobre todo con respecto a la verdad religiosa. Están obligados también a adherirse a la verdad una vez que la han conocido y a ordenar toda su vida según sus exigencias” (DH 2).en busca de la verdad (el hombre) — S Juan 14:6 Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida —le respondió Jesús—; nadie va al Padre si no es a través de mí. —Filipenses 3: 8Y ciertamente, aun reputo todas las cosas pérdida por el eminente conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y téngolo por estiércol, para ganar á Cristo ACLARACIÓN Roberto dice Tarso, de donde es San Pablo, mas parece ser que Tarso está en Italia, confundiendolo con Tarsis que estaba ubicada en la península Hispánica. (Ver los 3 enlaces a continuación). De ahí que Roberto haya pensado que San Pablo era español. —Bochart (en su Phaleg) y autores posteriores como Hertz (1936) identifican a Tarsis como la capital del reino de Tartessos que comprendía las actuales provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz en España. En el Oráculo en contra de Tiro, el profeta Ezequiel menciona que la plata, el hierro, el plomo y el estaño venían de Tarsis hacia Tiro, los cuales fueron almacenados en Tiro y revendidos, probablemente en Mesopotamia. Copiado de https://es.wikipedia.org/wiki/Tarsis#Referencias —https://es.wikipedia.org/wiki/Tartessos —1 Samuel 15:23 Pecado de hechicero es la rebeldía, crimen de idolatría, la obstinación. Por haber rechazado la palabra del Señor Él te rechaza como rey. —1 Juan 4:8 El que no ama no ha llegado a conocer a Dios, porque Dios es amor. —Deuteronomio 6:4 »Escucha, Israel: el Señor es nuestro Dios, el Señor es Uno. 5»Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. —CIC #2112 El primer mandamiento condena el politeísmo. Exige al hombre no creer en otros dioses que el Dios verdadero. Y no venerar otras divinidades que al único Dios. La Escritura recuerda constantemente este rechazo de los “ídolos [...] oro y plata, obra de las manos de los hombres”, que “tienen boca y no hablan, ojos y no ven”. Estos ídolos vanos hacen vano al que les da culto: “Como ellos serán los que los hacen, cuantos en ellos ponen su confianza” (Sal 115, 4-5.8; cf. Is 44, 9-20; Jr 10, 1-16; Dn 14, 1-30; Ba 6; Sb 13, 1-15,19). Dios, por el contrario, es el “Dios vivo” (Jos 3, 10; Sal 42, 3, etc.), que da vida e interviene en la historia. —CIC #2113 La idolatría no se refiere sólo a los cultos falsos del paganismo. Es una tentación constante de la fe. Consiste en divinizar lo que no es Dios. Hay idolatría desde el momento en que el hombre honra y reverencia a una criatura en lugar de Dios. Trátese de dioses o de demonios (por ejemplo, el satanismo), de poder, de placer, de la raza, de los antepasados, del Estado, del dinero, etc. “No podéis servir a Dios y al dinero”, dice Jesús (Mt 6, 24). Numerosos mártires han muerto por no adorar a “la Bestia” (cf Ap 13-14), negándose incluso a simular su culto. La idolatría rechaza el único Señorío de Dios; es, por tanto, incompatible con la comunión divina (cf Gál 5, 20; Ef 5, 5). —CIC #2114 La vida humana se unifica en la adoración del Dios Único. El mandamiento de adorar al único Señor da unidad al hombre y lo salva de una dispersión infinita. La idolatría es una perversión del sentido religioso innato en el hombre. El idólatra es el que “aplica a cualquier cosa, en lugar de a Dios, la indestructible noción de Dios” (Orígenes, Contra Celsum, 2, 40). ACLARACIÓN Si podemos amar a las criaturas de la manera que Dios quiere que las amemos. —Efesios 5:1-2 Imitad, por tanto, a Dios, como hijos queridísimos, 2y caminad en el amor, lo mismo que Cristo nos amó y se entregó por nosotros como oblación y ofrenda de suave olor ante Dios. —Efesios 5:25 Maridos: amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella45 views 1 comment