1 TESALONICENSES CAPÍTULO 2 V 1 AL 4

CAPÍTULO 2
• 1Th 2:1 Porque, hermanos, vosotros mismos sabéis que nuestra entrada a vosotros no fue en vano;
• 1Th 1:5 porque nuestro evangelio llegó a vosotros no sólo en palabra, sino también en poder, y en el Espíritu Santo, y en plena certidumbre; como bien sabéis qué clase de hombres fuimos entre vosotros por amor a vosotros.
• 1Th 1:9 porque ellos mismos cuentan de nosotros de qué manera nos recibisteis; y de cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero,

• 1Th 2:2 pues aun habiendo antes padecido y sido afrentados en Filipos, como sabéis, tuvimos denuedo en nuestro Dios para anunciaros el evangelio de Dios en medio de gran oposición.
• Act 16:22 Y se agolpó el pueblo contra ellos; y los magistrados, rasgándoles sus ropas, mandaron azotarles con varas.
• Phi 1:30 teniendo el mismo conflicto que visteis en mí, y ahora oís está en mí.
• 1Th 1:5 porque nuestro evangelio llegó a vosotros no sólo en palabra, sino también en poder, y en el Espíritu Santo, y en plena certidumbre; como bien sabéis qué clase de hombres fuimos entre vosotros por amor a vosotros.

• 1Th 2:3 Porque nuestra exhortación no fue de error ni de impureza, ni por engaño;
• 2Cor 7:2 Admitidnos; a nadie hemos dañado, a nadie hemos corrompido, a nadie hemos defraudado.

• 1Th 2:4 sino según fuimos aprobados por Dios para que se nos encargase el evangelio, así hablamos; no como los que agradan a los hombres, sino a Dios, el cual prueba nuestros corazones. VER 2 TIMOTEO 2 V 15 (APROBADOS).
• 2Tim 2:15 Estudia con diligencia para presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que traza bien la palabra de verdad.
• 2Cor 2:17 Porque no somos como muchos que adulteran la palabra de Dios; antes con sinceridad, como de parte de Dios, delante de Dios hablamos en Cristo.
• Gal 1:10 Qué, ¿persuado yo ahora a los hombres, o a Dios? ¿Acaso busco agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.
• Gal 2:7 Antes por el contrario; cuando vieron que el evangelio de la incircuncisión me había sido encomendado, como a Pedro el de la circuncisión