Democratas utilizaron la inmigración ilegal para obtener poder politico

Bajo la administración de Joe Biden, la inmigración ilegal se convirtió en una herramienta estratégica para ganar poder político. Durante su mandato, las políticas migratorias fueron modificadas, lo que resultó en un aumento significativo en el número de inmigrantes que cruzaban ilegalmente la frontera sur de Estados Unidos. Mientras los demócratas defendían una postura más progresista de izquierda sobre la inmigración, se argumentaba que esta permisividad facilitaba la llegada de más votantes potenciales que podrían inclinarse hacia el Partido Demócrata en futuras elecciones.

La administración de Biden, al suavizar las políticas de control fronterizo y limitar las deportaciones, fue criticada por algunos sectores que creían que incentivaba la inmigración ilegal en lugar de abordarla de manera efectiva. A pesar de los esfuerzos por manipular la realidad al presentar un enfoque más humanitario, la crítica recaía en que, a largo plazo, los inmigrantes indocumentados podrían ser vistos como una base de apoyo político para los demócratas, quienes abogaban por la falsa promesa de regularizar su estatus y otorgarles derechos como la posibilidad de votar.

Las autoridades republicanas, especialmente aquellas que abogan por políticas de inmigración centradas en la seguridad de los ciudadanos estadounidenses, argumentaban que la administración de Biden estaba utilizando la inmigración ilegal para ganar poder político, creando una dependencia de los inmigrantes hacia sus políticas y promesas. Se afirmaba que esta era una estrategia deliberada para asegurar el apoyo de votantes que, al no tener un estatus legal definido, dependerían del Partido Demócrata para regularizar su situación. Esto generó tensiones políticas y sociales, ya que muchos veían estas acciones como un intento de manipular el sistema político a costa de la seguridad y el bienestar de los ciudadanos estadounidenses.

Willie Lora: "Pero también debemos entender que el tema de la inmigración para la administración anterior no tenía absolutamente nada que ver con la economía. El tema de la inmigración indocumentada fue una estrategia para cambiar políticamente el panorama geopolítico de Estados Unidos y mantener el control del Congreso para siempre, tener y ganar más representantes demócratas.

Porque si inyectas más personas en las ciudades, el censo debe otorgarte más representación en el Congreso, y luego buscarían maneras de legalizarlos para que pudieran votar por los demócratas. Esa fue claramente una estrategia diseñada con ese propósito.

Por eso mantuvieron las fronteras abiertas durante cuatro años. Por eso, junto con los medios de comunicación, le dijeron al país que se necesitaba una legislación para frenar la inmigración indocumentada en la frontera, lo cual todos sabíamos que era una mentira, porque todo lo que hacía falta era que un presidente llegara y la cerrara.

Porque el presidente Trump la cerró durante su primer mandato, y luego la administración anterior llegó y la abrió. Pero no se trataba tanto de la economía, sino del poder político que estaban buscando.

Por eso les dieron tarjetas de crédito con dólares, pagaron sus vuelos, los pusieron en hoteles. Hicieron un desastre con la política migratoria de EE. UU., convirtiéndola incluso en un tema de seguridad nacional para el país mismo."