El ESPÍRITU SANTO Y LA MUJER

5 months ago
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Vivimos en la era del Espíritu Santo, una dispensación en la que su presencia activa y constante ha sido prometida a la iglesia para capacitar y despertar al pueblo.
Dios desea derramar Su Espíritu, pero requiere corazones consagrados y obedientes.
La incredulidad y la falta de preparación de los creyentes impiden su obra.
Debe haber oración ferviente, con mente y cuerpos y purificados y un verdadero anhelo por la santidad.

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