Hermann Tertsch Insta a la Unión Europea a enmendar sus errores en homenaje a l fin de la Guerra

Hermann Tertsch insta a la Unión Europea a corregir su rumbo: “Ocho décadas después del fin del nazismo, el comunismo sigue entre nosotros”

A 80 años del fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa, el eurodiputado español Hermann Tertsch ha pronunciado un contundente mensaje dirigido a las instituciones europeas, recordando que el 8 de mayo no marca solo la derrota del nazismo, sino también el inicio de una traición histórica: el abandono de millones de europeos al yugo comunista, bajo la falsa narrativa de una Europa completamente liberada.

Durante una emotiva intervención, Tertsch subrayó que el horror del nazismo, engendrado en Europa por una sociedad culta y avanzada como la alemana, no puede analizarse sin recordar que ese mismo continente dio origen a otra ideología igualmente asesina: el comunismo. “Fue la nación de los poetas y pensadores la que causó el genocidio industrializado del pueblo judío”, dijo, denunciando que hoy persisten los mismos impulsos totalitarios bajo disfraces modernos.

Tertsch no se limitó a rememorar el pasado. Lanzó una dura crítica al presente: “Nazismo y comunismo fueron dos caras de la misma moneda. Uno cayó en 12 años. El otro, con más de 100 millones de muertos, sigue presente, ahora disfrazado de progresismo, ingeniería social y colectivismo”. Para el eurodiputado, lo que antes se imponía con tanques y gulags, ahora se ejecuta con normas, censura y persecución ideológica.

La denuncia fue directa: la arrogancia de las ideologías redentoras sigue viva en la Europa actual. “La esencia alemana salvará al mundo”, era el lema de los nazis, recordó Tertsch, estableciendo un inquietante paralelismo con quienes hoy marginan y cancelan al disidente desde las instituciones europeas. “Esa misma soberbia utópica que prioriza la construcción de un ‘hombre nuevo’ sobre la dignidad humana nos ha llevado a nuevos abismos”.

Para Tertsch, la Unión Europea debe hacer un ejercicio de memoria verdadera. No basta con conmemorar la caída del Tercer Reich. Es indispensable reconocer que el comunismo no fue una liberación para Europa del Este, sino otra forma de esclavitud impuesta con complicidad de Occidente. “Una mitad de Europa fue liberada. La otra solo cambió de tiranía. Eso también es parte del 8 de mayo, y debemos recordarlo con valentía”.

Finalmente, el eurodiputado hizo un llamado a defender los pilares de la civilización: libertad y verdad. “Son nuestras armas supremas contra el totalitarismo, que siempre vuelve disfrazado, que siempre promete redención pero solo entrega muerte”. La advertencia de Tertsch resuena con fuerza en un contexto donde las nuevas formas de colectivismo avanzan bajo el amparo de la burocracia y el relativismo moral.

Europa, advirtió, no puede permitirse olvidar que los errores del pasado reaparecen cuando se traiciona la historia. El recuerdo de los 60 millones de muertos por el nazismo y los más de 100 millones por el comunismo debe ser una advertencia permanente. Honrar a las víctimas implica también detener a tiempo los nuevos totalitarismos que se infiltran en nombre de la igualdad, el progreso y la justicia climática.

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