Descifra la Sacerdotisa {2}: Misterios del TAROT

3 months ago
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En este video exploramos el simbolismo y los orígenes históricos de la carta del tarot 'La Sacerdotisa' o 'La Papisa', el segundo arcano mayor. Representando la femineidad, el misterio, la intuición y el conocimiento oculto. También explicamos el significado invertido de la carta y aclaramos que los arcanos mayores son arquetipos, no personas literales. Además, damos contexto sobre los roles de sacerdotisas y la dualidad de géneros en tradiciones paganas antiguas que influyeron en la creación de esta carta.

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**NOTAS DEL EPISODIO**

1. En el contexto más antiguo del tarot, La Papisa —también llamada La Sacerdotisa en versiones modernas— representa el arquetipo del conocimiento oculto, la sabiduría femenina y el misterio espiritual. En los primeros mazos del Tarot de Marsella del siglo XV, se la muestra como una mujer coronada con una tiara papal, sentada con un libro cerrado o medio abierto sobre su regazo, símbolo de los secretos esotéricos que sólo se revelan a los iniciados.

2. En las religiones antiguas, la división entre sectas masculinas y femeninas no era una mera segregación, sino una expresión sagrada de la dualidad cósmica. Cultos como los Misterios de Eleusis (con sacerdotisas dedicadas a Deméter) y las cofradías de Mitra (exclusivas para hombres) reflejaban un entendimiento profundo: lo masculino y femenino eran principios eternos y complementarios, no identidades sociales.

3. El cristianismo, como religión solar y patriarcal, se inscribe en la tradición de cultos antiguos vinculados al principio masculino de lo celeste, la luz revelada y la jerarquía divina. Su estructura sacerdotal excluye a las mujeres por una lógica cosmológica arcaica: lo solar (activo, formativo, "logos") se opone a lo lunar (receptivo, cíclico, "misterio"). Así como Apolo o Mitra prohibían sacerdotisas, el cristianismo reserva el sacerdocio a varones, asociándolo al sacrificio de Cristo—sol invictus—y a la transmisión vertical de la gracia.

4. La leyenda de la Papisa Juana—una mujer que supuestamente gobernó como Papa en el siglo IX—ha sido desmentida por historiadores medievalistas y eclesiásticos. Surgida en crónicas del siglo XIII (como las de Martín de Opava), la historia carece de fuentes contemporáneas y contradice los registros pontificios verificables.

5. Las columnas masónicas Boaz (negra) y Jachin (blanca) simbolizan la dualidad cósmica y tienen su origen en el Templo de Salomón (1 Reyes 7:21), donde flanqueaban su entrada. Boaz ("en él hay fuerza") representa lo pasivo, lunar y femenino, mientras que Jachin ("él establece") encarna lo activo, solar y masculino.

6. La histeria —etimológicamente ligada al útero— fue históricamente asociada a lo femenino como un "descontrol" de la energía lunar/pasiva, convirtiendo el arquetipo de la Sacerdotisa en su sombra. Cuando la Sacerdotisa (Tarot) aparece invertida, representa justamente esta distorsión.

7. Las tradiciones de mano derecha (vía solar) y mano izquierda (vía lunar) representan dos caminos opuestos pero complementarios en lo sagrado. Las religiones de mano derecha enfatizan el orden, la jerarquía, la pureza ritual y la sumisión a lo divino, mientras que las de mano izquierda transgreden tabúes, usan lo impuro como vehículo de liberación y buscan la deificación directa del iniciado.

8. Los iconos ortodoxos no son simples representaciones artísticas, sino ventanas a lo divino cargadas de teología y simbolismo. Pintados bajo estrictos cánones, cada elemento —colores, gestos, perspectivas invertidas— revela verdades espirituales: el oro (luz increada), los ojos grandes (contemplación del alma), y la perspectiva inversa (el fiel es mirado por Dios, no al revés).

9. Los cátaros fueron una secta gnóstica medieval que rechazaba la autoridad de la Iglesia católica, proclamando un dualismo radical entre el mundo material (obra del Demiurgo maligno) y el espiritual (reino del Dios verdadero). Considerados herejes, fueron brutalmente perseguidos durante la Cruzada albigense (s. XIII). Sus creencias, basadas en la pureza ascética y el rechazo a lo corporal, los llevó a practicar un cristianismo alternativo centrado en los perfecti (iniciados).

10. Los taínos del Caribe veneraban las cuevas como úteros sagrados de la tierra, portales al cohoba (mundo espiritual) y moradas de los ancestros. Para ellos, cavernas como la de Cacibajagua (en Hispaniola) eran lugares de origen cósmico, donde residían los cemíes (espíritus de piedra o madera) y se celebraban ritos de fertilidad y adivinación. Su religión, centrada en la dualidad entre el sol (Yúcahu) y la luna (Atabey), veía en las cuevas el equilibrio de lo masculino (entrada) y lo femenino (profundidad).

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