Freddy Silva nos explica cómo hay un modus operandi en la Izquierda Internacional desde 2020

Freddy Silva expone el modus operandi de la izquierda internacional: del caos en EE.UU. al proyecto globalista que nace en España

Desde el año 2020, hemos sido testigos de una estrategia que se repite como un guion preestablecido: disturbios presentados como protestas «pacíficas», encubrimiento mediático descarado, y una narrativa oficial que insiste en llamar «buenas personas» a quienes desafían la ley con violencia. En medio de este panorama, Freddy Silva alza la voz y señala lo que muchos prefieren ignorar: el modus operandi de la izquierda internacional no solo es real, sino que sigue ejecutándose con precisión quirúrgica.

Silva no duda en calificar los eventos recientes en Estados Unidos como un déjà vu, una repetición sistemática de lo ocurrido en 2020, cuando el caos tomó las calles de las principales ciudades norteamericanas. Lo más preocupante, según Silva, es que este libreto no nació en suelo estadounidense. En su análisis, establece un vínculo directo con la izquierda española, y menciona como ejemplo el caso del socialista Santos Cerdán y la victimización política del presidente Pedro Sánchez, maniobras que forman parte de una estructura más amplia.

El núcleo de la estrategia, según Freddy, es la manipulación narrativa para encubrir la destrucción. Mientras medios como CNN muestran vehículos ardiendo y ataques a edificios federales, los voceros progresistas insisten en que se trata de protestas legítimas. Esa disonancia no es casualidad, sino una herramienta clave en la construcción del relato. Lo mismo ocurre con los inmigrantes ilegales: el objetivo no es humanitario, es político.

Silva denuncia que la agenda globalista busca establecer un eje de control ideológico en España, un país que actúa como plataforma de irradiación hacia el resto del continente. Y al hablar de “continente”, el analista no se refiere solamente a Europa, sino también al continente americano, incluyendo a los Estados Unidos. ¿Por qué? Porque muchas de las leyes y políticas impulsadas en España y Latinoamérica, especialmente desde gobiernos de izquierda, acaban replicándose o influyendo indirectamente en las estructuras legislativas y sociales de EE.UU.

Uno de los puntos más contundentes que plantea es la sobrevivencia del Partido Demócrata gracias a la dependencia de una parte considerable de la población hacia el Estado. Silva habla de un 30% de los ciudadanos —no del electorado, sino de la población total— que directa o indirectamente vive de los recursos del gobierno. Esta dependencia ha sido meticulosamente cultivada, según afirma, con el propósito de consolidar un electorado cautivo que mantenga al partido en el poder.

En ese contexto, la inmigración ilegal masiva no es un accidente ni una crisis mal gestionada. Silva la define como un proyecto deliberado y siniestro. Con más de 20 millones de inmigrantes ilegales dentro de EE.UU., y al menos 14 millones que han entrado sin ningún tipo de control ni verificación, ya no hablamos de una «teoría conspirativa», sino de un plan estructurado para modificar la demografía, fragmentar la cultura nacional y consolidar el poder de una élite ideológica.

Este análisis de Freddy Silva debería encender las alarmas entre quienes aún creen que los disturbios, las olas migratorias y la dependencia estatal son fenómenos aislados. Lo que estamos viendo, en palabras del analista, es un esquema de poder transnacional que se recicla, se adapta y se impone allí donde encuentra terreno fértil: desde Madrid hasta Washington, pasando por Caracas, Buenos Aires y Ciudad de México.

La batalla cultural y política ya no es solo nacional. Es global. Y los ciudadanos que aman la libertad, la ley y el orden deben estar más alerta que nunca.

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