¿Qué son las cartas Zener?

2 months ago
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¿Alguna vez te has preguntado si la telepatía es real? La historia de las cartas Zener es una fascinante exploración de esta pregunta, un viaje a través de la ciencia, la pseudociencia y la naturaleza humana.

Las cartas Zener, diseñadas en la década de 1930 por el psicólogo Karl Zener y utilizadas por su colega, el parapsicólogo J. B. Rhine, son un mazo de 25 cartas, cinco de cada símbolo: un círculo, una cruz, tres líneas onduladas, un cuadrado y una estrella. Se usaban para experimentos de percepción extrasensorial (ESP). La idea era simple: un sujeto debía adivinar el símbolo de una carta sin verla.

Rhine, inicialmente, barajaba las cartas a mano, pero luego usó una máquina para supuestamente evitar sesgos. Sin embargo, el escepticismo rodeó sus experimentos desde el principio. John Sladek, en su libro "La Nueva Apocrifa", señaló la ironía de usar cartas de juego, fácilmente manipulables, para estudiar la ESP. La posibilidad de marcas sutiles, la lectura de expresiones faciales del experimentador, o incluso el reflejo del símbolo en los anteojos, comprometían la validez de los resultados.

Las fallas metodológicas eran evidentes. Cuando Rhine implementó medidas para evitar pistas, los resultados positivos desaparecieron. El químico Irving Langmuir llegó a calificar los experimentos de Rhine como "ciencia patológica", una ciencia de cosas que no existen, donde los investigadores se engañan a sí mismos.

La estadística nos da una perspectiva clara. En una prueba de 25 cartas con cinco opciones, la probabilidad de obtener un resultado superior al azar es extremadamente baja. Solo una persona en 5.16 mil millones obtendría 20 o más correctas por puro azar. Experimentos posteriores, como el de James Randi con 250 cartas, o el de Massimo Polidoro con una madre e hija que creían tener un 90% de éxito, demostraron que al eliminar las posibles pistas sensoriales, los resultados se ajustaban a lo que predecía el azar.

La lección fundamental de la historia de las cartas Zener no es que la ESP no exista, sino la importancia crucial del rigor metodológico en la ciencia. La búsqueda de lo extraordinario requiere una escrupulosidad aún mayor en el diseño experimental para evitar sesgos y asegurar la validez de los resultados. Creer en algo no lo hace real; la evidencia objetiva, basada en métodos sólidos, es el único camino confiable para comprender el mundo que nos rodea.

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