Pasajera llora al ser impedida de abordar un avión

Un reciente incidente con la aerolínea Ryanair ha generado controversia e indignación internacional. En julio de 2025, en el Aeropuerto de Sofía, Bulgaria, una pasajera fue impedida de abordar su vuelo después de que el personal alegara que su equipaje de mano era demasiado grande. Aunque la mujer logró encajar su maleta dentro del medidor oficial de tamaño, se negó a pagar una tarifa adicional por supuestamente exceder las dimensiones permitidas. Como resultado, el personal de tierra le negó el embarque. La pasajera cayó de rodillas, llorando y suplicando que la dejaran subir al avión, mientras otros viajeros observaban conmocionados.

El momento fue captado en video y rápidamente se viralizó, lo que motivó al viceprimer ministro de Bulgaria, Grozdan Karadjov, a anunciar una investigación oficial. Karadjov calificó el comportamiento del personal de Ryanair como “inaceptable” y se comprometió a revisar las prácticas de la aerolínea en el país. Por su parte, la empresa de servicios en tierra Goldair Handling Bulgaria defendió a sus empleados, alegando que actuaron de forma profesional y que simplemente estaban aplicando las políticas de Ryanair, las cuales, según ellos, son responsabilidad exclusiva de la aerolínea.

Ryanair respondió afirmando que la pasajera había adquirido una tarifa “Basic Fare”, que solo permite un bolso pequeño de hasta 40 × 20 × 25 cm. La maleta que llevaba excedía esas medidas, lo que implicaba un cargo adicional en la puerta de embarque, tarifa que ella se negó a pagar. La compañía también aseguró que la pasajera mostró una actitud agresiva, motivo por el cual se le impidió abordar.

Este caso no es aislado. Desde 2022, Ryanair ha sido criticada por su política extremadamente estricta respecto al equipaje de mano. Los pasajeros que no pagan por embarque prioritario deben limitarse a una pieza muy pequeña, y cualquier maleta que supere las dimensiones exactas puede conllevar cargos de entre €60 y €75 o incluso la negación del embarque. El propio CEO de Ryanair, Michael O’Leary, reconoció que los empleados reciben una bonificación por cada equipaje excedido que detecten, lo que ha sido duramente criticado como un incentivo para aplicar las normas de forma abusiva.

El incidente en Bulgaria se suma a una creciente lista de denuncias y demandas legales contra la aerolínea. En España, un tribunal de Salamanca ordenó recientemente a Ryanair reembolsar a una pasajera €147 por un cobro indebido de equipaje, afirmando que su política viola los derechos del consumidor al considerar el equipaje de mano como parte esencial del servicio contratado.

En redes sociales y foros como Reddit, cientos de pasajeros han compartido sus experiencias negativas con Ryanair, relatando cobros inesperados, maltrato por parte del personal y una aparente incoherencia en la aplicación de las reglas. Casos donde el equipaje cabía en el medidor, pero aun así se exigía el pago de una tarifa, son frecuentes y han alimentado la percepción de que la aerolínea utiliza estas medidas como estrategia de ingresos adicional, a costa de la experiencia del usuario.

Este nuevo escándalo pone nuevamente a Ryanair bajo la lupa pública y regulatoria, alimentando el debate sobre los límites del modelo low cost y la necesidad de proteger al consumidor frente a prácticas abusivas en la industria aérea.