MISION EN MARCHA en las COSTAS DE VENEZUELA

Presencia militar en las costas de Venezuela

Despliegue de Estados Unidos

- Buques anfibios USS San Antonio, USS Iwo Jima y USS Fort Lauderdale transportan unos 4.500 efectivos, incluidos 2.200 marines, en una misión antidrogas frente a la costa venezolana.
- Destructores de la clase Arleigh Burke USS Gravely, USS Jason Dunham y USS Sampson se han posicionado en aguas internacionales cercanas a Venezuela, aportando capacidades avanzadas de defensa antiaérea y ataque de superficie.
- Un submarino nuclear de capacidad estratégica opera de forma discreta en la región, reforzado por patrulleros marítimos P-8 Poseidon que proporcionan vigilancia continua y recopilación de inteligencia.
- Adicionalmente, Washington planea el posible despliegue de 4.000 marines para aumentar la presión y mantener rutas marítimas clave bajo supervisión constante.

El gobierno de Estados Unidos justifica estas maniobras como parte de su estrategia para combatir las “organizaciones narco-terroristas” que, según acusa, operan desde territorio venezolano y amenazan la seguridad hemisférica.

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Respuesta de Caracas

- Nicolás Maduro ha ordenado el alistamiento de 4,5 millones de milicianos bajo la Milicia Nacional Bolivariana (MNB) en un “plan especial” para garantizar la defensa de “mares, cielos y tierras” venezolanos.
- Jornadas de inscripción se vienen realizando en plazas Bolívar y cuarteles del país, con la participación de autoridades locales y simpatizantes del chavismo, bajo el lema de proteger la soberanía nacional.
- El ministro de Defensa, Vladimir Padrino, ha pedido calma a la población y enfatizado que estas acciones son una “expresión de patriotismo”, mientras se refuerza la FANB ante lo que describen como amenazas de injerencia extranjera.

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Perspectiva regional

Varios países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) han condenado el despliegue estadounidense, calificándolo de violación al derecho internacional y presión indebida sobre la región caribeña.

Analistas señalan que este aumento de la presencia naval y aérea de EE. UU. busca contener la influencia de actores considerados adversarios en América Latina y asegurar rutas de tránsito marítimo usadas por narcotraficantes hacia Norteamérica y Europa.

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Reforzar el monitoreo de estas maniobras y sus implicaciones políticas y de seguridad seguirá siendo clave para comprender la dinámica de poder en el Caribe y su impacto en la estabilidad venezolana.

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