Alfonso Caride: España es un laboratorio del Globalismo que planea destruir la familia

Alfonso Caride: España es un laboratorio del Globalismo que planea destruir la familia

El analista y activista español Alfonso Caride ha vuelto a lanzar una advertencia contundente: España se ha convertido en el experimento más avanzado del globalismo internacional. Según sus declaraciones recientes, las políticas impulsadas por el presidente Pedro Sánchez no son simples decisiones ideológicas de izquierda, sino parte de un plan estructural diseñado para desmantelar los pilares de la familia, la identidad nacional y la soberanía cultural.

Caride sostiene que lo que se está ejecutando en España es un proceso planificado que busca destruir los fundamentos morales de Occidente. “La familia es el refugio, la educación, la trascendencia y la base de toda sociedad libre. Por eso el globalismo necesita destruirla. Porque sin familia, el individuo queda expuesto al control del Estado”, afirmó en una reciente intervención pública.

El analista denuncia que Sánchez ha convertido a España en el alumno ejemplar del proyecto globalista: adopta políticas de género radicales, normaliza la ideología woke en la educación y promueve la inmigración masiva como herramienta de reemplazo cultural. “Cuando un país como España, que nunca se ha arrodillado ante imperios, comienza a someterse voluntariamente a un modelo sin raíces, significa que algo más profundo está ocurriendo”, explicó Caride.

Desde su visión, la estrategia es clara: romper la familia tradicional, sustituir la identidad nacional y debilitar la demografía autóctona mediante políticas que fomentan la baja natalidad y, al mismo tiempo, impulsan una inmigración descontrolada. Los datos lo respaldan: mientras el índice de natalidad en España se mantiene por debajo del 1,3 %, las tasas de natalidad entre inmigrantes ilegales multiplican esa cifra por cinco o seis.

“El resultado final —advierte Caride— será un reemplazo demográfico y cultural total. Europa está siendo tomada desde dentro. Lo vemos ya en Francia, Bélgica, Alemania o Suecia, donde la pérdida de soberanía cultural es casi irreversible. Si el globalismo triunfa en España, triunfará en todo Occidente”.

Este diagnóstico se enmarca dentro de una visión más amplia que muchos intelectuales conservadores comparten: que el globalismo no es un ideal humanitario, sino un sistema político y económico destinado a eliminar las fronteras, diluir las tradiciones y concentrar el poder en manos de élites sin patria. En ese contexto, España —con su historia, su peso en la civilización cristiana y su papel estratégico en Europa— se convierte en un objetivo simbólico de primer orden.

Caride enfatiza que los ataques al modelo de familia tradicional no son casuales. Desde la imposición de leyes que debilitan la autoridad parental hasta la introducción de currículos educativos que desarraigan a los niños de su identidad biológica, todo forma parte de un mismo proceso. “El Estado quiere reemplazar el hogar. Pretende que los niños sean educados por el sistema, no por sus padres. Y un pueblo sin familia es un pueblo dócil, manipulable, sin memoria ni resistencia”, señaló.

Su mensaje final fue una llamada a la acción: recuperar el orgullo nacional, defender los valores cristianos que dieron forma a Europa y reconstruir la familia como la célula esencial de la libertad. “Sin familia, no hay futuro. Sin nación, no hay identidad. Y sin identidad, solo queda el dominio del globalismo”, concluyó.

En un momento en que España enfrenta desafíos económicos, sociales y culturales sin precedentes, la advertencia de Alfonso Caride resuena como una voz disidente que pone en evidencia el peligro de seguir ciegamente los dictados de Bruselas, la ONU o las élites financieras internacionales. La defensa de la familia —dice— no es una cuestión de nostalgia, sino de supervivencia.

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