No es suerte… es Dios. Hoy hablamos de superstición.

En este episodio hablamos de cómo la falta de fe lleva a muchas personas a aferrarse a supersticiones, amuletos o “señales” que prometen suerte, pero que no transforman la vida. Cuando el corazón se llena de miedo o incertidumbre, es fácil buscar respuestas en lo que no da verdadera paz… y así los problemas en el trabajo, la familia o las finanzas parecen multiplicarse.

En Kerigma en la Familia recordamos que la solución no está en la superstición, sino en confiar en Dios, que es el único capaz de ordenar nuestra vida, sanar nuestras heridas y abrir caminos nuevos.

🙏 La fe ilumina; la superstición confunde.
Cuando ponemos a Cristo en el centro, los temores se disipan y la esperanza renace.